viernes, 22 de noviembre de 2013

LUCES, CÁMARA Y ACCIÓN

SERGIO HARILLO


Acaba de terminar la décima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla y cuando aún no se ha desmontado la alfombra roja los focos ya están encendidos en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que este año celebra su trigésimo novena edición. Son dos de los grandes festivales que actualmente tienen su sede en Andalucía, una región en la que, a lo largo del año se celebran una veintena de festivales y muestras relacionadas con el género audiovisual; el Festival de Cine Español de Málaga, el de Cine Africano de Córdoba, la Bienal de Cine Científico de Ronda, el de Cine Documental de Jaén, etc. Es la cara más visible y mediática de una industria que, según la Memoria Anual de Actividad de la Andalucía Film Commission generó en 2012 un impacto económico de 102,94 millones de euros y que dio empleo a 10.784 personas en los 968 rodajes asesorados por esta Institución.

Unas cifras que dan idea de la importancia de la industria cinematográfica en nuestra región. Sin embargo, no dejarían de ser números si no fuera por el reconocimiento internacional que está teniendo nuestro cine, no sólo por los actores andaluces que trabajan en Hollywood como Antonio Banderas o Paz Vega, sino por los premios y galardones que está recibiendo en diferentes certámenes internacionales en múltiples categorías.

La relación entre Andalucía y el cine se remonta a los orígenes del género, cuando los hermanos Lumière, precursores del Cinematógrafo, rodaron en Sevilla a finales del siglo XIX una corrida de toros y una procesión de Semana Santa. Después llegaron las películas del Oeste rodadas en Almería, Lawrence de Arabia, El Reino de los Cielos o las más recientes de directores españoles y andaluces que han apostado por Andalucía como escenario de sus obras (Paco León, Alberto Rodríguez Librero o Santi Amodeo, entre otros muchos). Una industria que hay que mimar y cuidar, pero sin llegar a crear una dependencia excesiva de lo público. El poder público debe respaldar la creatividad, la cultura y la marca Andalucía, pero no todo se puede reducir a la subvención, hay multitud de maneras de potenciar una industria sin necesidad de caer en la inyección de dinero público. Llevamos años oyendo hablar de la crisis del cine español y de la falta de respuesta del público hacia el producto patrio, pero ahora que la calidad de nuestro cine y la respuesta ciudadana son un hecho, habría que preguntarse qué más se puede hacer para mejorar los datos de esta industria.

Casino de la Exposición -Sevilla-.


A nadie se le escapa que la subida del IVA cultural es una medida que está haciendo muchísimo daño, ¿se está haciendo lo suficiente desde Andalucía para paliar ese ataque a la Cultura? ¿Qué medidas se podrían tomar para evitar la subida de precios de las entradas de cine y lograr que el público conecte de nuevo con el séptimo arte? El Festival de Cine de Sevilla ha puesto las entradas a tres euros y ha logrado un porcentaje de espectadores que ha rozado el lleno absoluto; hace un par de semanas varios cines españoles rebajaron el precio de las entradas y las colas fueron espectaculares. Hay ansia de cine y de Cultura, trabajemos entre todos para que el público llene cines y teatros. Es fundamental buscar la manera de fomentar el consumo de cultura y eso es una tarea de todos, de los estamentos públicos pero también de las entidades y empresas privadas. No podemos seguir quejándonos, hay que buscar soluciones. ¿Por qué no hacer del Día del Espectador una auténtica fiesta del cine con entradas populares que llenen las salas? ¿No se podrían hacer bonos especiales que premiaran la fidelidad o el consumo de películas? ¿Qué puede haber más interesante para un espectador que acudir a ver una película y encontrarse en la sala con los protagonistas?

Si queremos un cine de calidad que sea un motor económico y genere riqueza en nuestra región, debemos trabajar en todos los eslabones de la cadena. Si se consume cine en las salas habrá más interés y presupuesto para hacer nuevas películas y por lo tanto más gente podrá vivir de esta industria, lo que redundaría en otros sectores. De nada sirve luchar contra la piratería o subvencionar una producción si luego el ciudadano medio no va al cine a ver la película. Pongamos todos de nuestra parte para que el auge del cine hecho en Andalucía no sea una moda pasajera y se convierta en una marca de esa Andalucía imparable que aún persiste en algún cartel de carretera.



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