viernes, 28 de febrero de 2014

ENTREVISTA A FERNANDO ÁLVAREZ-OSSORIO

PILAR LARRONDO



Fernando Álvarez-Ossorio (@FAlvarezOssorio) es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, político, andalucista, investigador y experto en materia de Derechos Fundamentales.


“Yo me conformo con que Andalucía tenga voz y forme parte de las voces que hay en el Estado español y en Europa y, con Europa, en el mundo”.


Fernando Álvarez-Ossorio, nuestro entrevistado



PL. Profesor elogiado y piropeado en la facultad, sus alumnos comentan que además de enseñar, los invita a pensar. Y traigo a colación una frase suya: “quien no ha pensado por sí mismo tiene muchas dificultades para poner en marcha la maquinaria de la inteligencia”

FAO. Es que no creo que la Universidad pueda ser otra cosa. A veces caigo en la trampa y al final exijo a los alumnos que reproduzcan aquello que les digo en los exámenes, cuando desde la Universidad deberíamos medir, precisamente, que el alumno fuese distinto, porque nosotros somos distintos. Es decir, que el alumno se enfrentara a resolver problemas desde su propio conocimiento, con las herramientas y posibilidad de búsqueda que uno ha sabido. Un problema actual es la parcelación del saber. Me encuentro con gente muy preparada que saben de algo muy específico, pero solamente eso. La universidad tiene que ser la recuperación de cierto humanismo, siendo algo muy importante y que no se nos puede olvidar nunca. Somos la élite de la sociedad, pero no como un privilegio, sino como una carga. Tenemos que ser personas, desde la universidad, con una visión distinta o por lo menos lo más amplia posible de la sociedad.

PL. Si le hablo de Carrillo Salcedo, Cruz Villalón y Pablo Ollero

FAO. Juan Antonio Carrillo Salcedo ha sido un profesor íntegro y la persona que a varias generaciones de juristas nos metió en un campo tan hermoso como el del Derecho Internacional Público y el de los Derechos Humanos. De él destaco la integridad. Fue una persona capaz de decirle a un presidente de EEUU, ‘el problema lo tienen ustedes, no los latinoamericanos’ y renunció a lo que le estaban ofreciendo por integridad. Pedro Cruz Villalón, es el Derecho Constitucional vivo. Es un universitario por excelencia y creo que si se habla de Constitución hoy en España hay que hablar de él, y por desgracia, creo que se le ha escuchado poco. Su labor siempre ha sido callada y silenciosa, pero importantísima en los que respecta a la transmisión de cultura constitucional y democrática. Y Pablo Ollero es amigo y mentor. Él me dio en la universidad la posibilidad de ver las cosas de otra forma… y ahí seguimos. Si con los otros dos siempre hay un salto cualitativo, con Pablo hay toda una relación de constante debate; Pablo no te deja estar tranquilo nunca, siempre pone los puntos sobre las íes.


PL. Viviendo la universidad desde dentro, como docente, ¿cómo es realmente su funcionamiento, qué hay detrás de lo que no se ve?

FAO. Funcionamos mal porque no somos valientes. Estamos en una situación en la que la crisis nos ha vuelto conservadores y muy gremialistas. Algo está fallando, porque no nos estamos dando el margen para adaptarnos a los nuevos tiempos. Los nuevos tiempos exigen un nuevo tipo de profesor y un nuevo tipo de alumno que, en cualquier caso, exigirá un esfuerzo por parte de los dos extraordinario. Estamos cumpliendo una muy mala labor pública y social si aquí a lo que nos dedicamos es a ir superando asignaturas con unos contenidos cada vez más reducidos. Debemos ser conscientes de dónde estamos y alcanzar un mejor y más amplio conocimiento para ser capaces de contribuir a una sociedad que está demandando orientarse en una situación muy compleja.

PL. Me consta que la Universidad de Sevilla no está predispuesta a recibir críticas ¿Cree que es una institución criticable y mejorable?

FAO. ¿La universidad someterse a críticas? A todas. Critiques a la institución que critiques se va a molestar, es normal que haya reacción porque lo que está en juego es el prestigio. Lo que no se puede hacer es incurrir en la crítica fácil o la crítica destructiva. Es decir, estamos obligados como sociedad a saber apreciar lo que tenemos. Si constantemente lo que lanzamos a la sociedad son mensajes negativos, la sociedad acaba creyendo que todo está mal. Yo me niego a pensar que vivimos en una universidad en la que todo sea malo. La universidad tiene muchos valores y grandes cabezas que fuera hubiesen hecho muchísimo dinero, hubiesen triunfado y, sin embargo, decidieron vivir de lo público. Tenemos que valorar el potencial que tenemos y tener en cuenta la crítica, porque siempre somos susceptibles de mejorar.


PL. Recientemente un acontecimiento ha deslucido a la facultad de derecho. El actual Decano, Alfonso Castro, suspendió un acto organizado Santiago Abascal, fundador del partido Vox, tachándolo de un acto político. Si derecho y política van de la mano y la facultad de derecho es una institución en la que se habla de política, ¿a qué cree que se debe esta cancelación?

FAO. A un miedo absurdo. Claro que la política tiene que entrar en la universidad, el conocimiento no es ajeno a lo que ocurre en la sociedad y la sociedad es sociedad política. El derecho intenta regular la vida y haciéndolo incurre en la política. Lo importante es que haya diálogo y ver qué opiniones existen. Tal vez deba haber unos límites constitucionales, porque hay aspectos que cualquier conciencia democrática rechazaría, pero esto es delicado, ya que se estaría incurriendo en censura. Yo personalmente sería absolutamente permeable a que se hable en la universidad de todo y, cuanto más, mejor.

PL. Hablando de política, su trayectoria política abarca desde presentarse al Parlamento Andaluz en 2004, a encabezar la lista por Sevilla en las últimas elecciones al Congreso, ¿qué balance hace de su incursión en la política?

FAO. Personalmente ha sido una gran experiencia. El grupo humano que me acompañó fue extraordinario, pero luchábamos contra titanes. Fue una forma de darme cuenta que este mercado electoral está hecho para los grandes y los pequeños no tienen nada que hacer, salvo que un día alguien te dé la mano para subir. Hay una ley electoral que está hecha para favorecer una determinada anatomía política. Pero tampoco debe cambiar todo, porque un parlamento excesivamente plural me espanta. Los sistemas electorales están diseñados precisamente para tener una garantía mínima de pluralismo político, pero al mismo tiempo una garantía de gobernabilidad. 

PL. Su trayectoria política ha estado vinculada al andalucismo y ha llegado a afirmar que no es nacionalista andaluz, sino racionalista andaluz.

FAO. Y me lo creo y lo mantengo. Yo no creo en el nacionalismo y no me interesa para nada. Yo me conformo con que Andalucía tenga voz y forme parte de las voces que hay en el Estado español y en Europa y, con Europa, en el mundo. El problema de Andalucía es que siempre se diluye en lo español y acaba por no tener voz propia, algo que incluso a España le vendría bien. Desde el PA siempre se ha mantenido ese discurso, discurso que terminan plagiando los grandes partidos hasta que alcanzan el poder en Madrid. Andalucía siempre ha sido una tierra olvidada por el centralismo y, además, el pánico que a mí me da es que, después de treinta años de autonomía, la gente piense que eso no sirve para nada.


PL. Con respecto al PA, ha sido un partido con una pequeña relevancia, haciendo incursión en el Gobierno y teniendo alcaldías importantes, como la de Sevilla con Rojas Marcos, ahora parece vivir un momento de declive, ¿a qué cree que es debido? (Además de al bipartidismo)

FAO. Hablar del PA, por desgracia, es hablar de esto, del todo al nada. Tiene dos explicaciones fáciles. El PA es un partido que no ha sabido crecer y que se ha disputado el poder interno permanentemente, pero sin abrir ese poder a la sociedad, con lo cual se ha matado desde dentro. Es un partido mal gestionado del que me siento un damnificado. Yo quise entrar con Pablo Ollero y no nos dejaron. Tiene que haber gente deseosa de entrar y sangre nueva. También, al declararse un partido nacionalista, se encontró con nacionalismos que el andaluz no entiende. El nacionalismo del norte, en cierta forma, ha matado al nacionalismo distinto del sur. El andaluz se siente muy cómodo, se siente español, europeo y hasta africano.


PL. Teóricamente el PA tendría que ser quien apostara por ese andalucismo, pero no lo hace, mientras tanto, el PSOE se autoproclama abanderado de ese andalucismo, ¿quién lleva la bandera del andalucismo entonces?

FAO. El PSOE es un partido de gobierno de España. Siempre utiliza Andalucía para llegar a Madrid. Un ejemplo de ello es que ya se habla de Susana Díaz como futura candidata a gobernar Madrid. Esto es un trampolín. Ahora mismo, la política de resistencia por parte de la Junta es, hasta cierto punto, muy fácil, porque es decir que Madrid es culpable. Pero Madrid tiene el poder, y aquí puedes manejarte mínimamente. Vivimos en una autonomía de muy baja calidad en la que tenemos unos políticos que no tienen los recursos económicos ni la posibilidad de implementar esos recursos, ni marcar la diferencia dentro del territorio.

Estamos discutiendo la bandera de España hoy, difícilmente se va a poder agarrar la de Andalucía para defenderla

PL. Según le he leído, afirma que sustituir una mayoría por otra no es bueno para Andalucía, ¿una coalición sí?

FAO. Lo diré abiertamente, el PP es el partido más malo que he visto en mucho tiempo. No ha sabido cuidar a nadie, ni a sí mismo, ni lo que tenía alrededor. La política, hace extraños compañeros de cama, y tú no puedes plantearte la política como una cuestión de enemigos, sino como una realidad social. Hay diferentes pensamientos e ideologías, pero no puedes pretender apartarlos o quitarlos de en medio, porque un día te pueden hacer falta. Lo mismo le ocurre al PSOE, lo que pasa que este tiene más amigos en el juego. Nadie ha sabido cuidar la situación, ofreciendo un pluralismo, porque a lo que nos enfrentamos es a cuarenta años de un mismo partido gobernando y, objetivamente, no es bueno, sea el partido que sea.

PL. En el caso andaluz, el PSOE se ve obligado a gobernar atendiendo a peticiones de IU ¿quién gobierna en realidad?

FAO. Gobierna el PSOE, con la muletilla de IU. La Junta tiene el margen que tiene para hacer políticas diferenciadas, sólo hay que observar que cada vez que hace algo termina llegando al Tribunal Constitucional y, encima, se lo suspenden. IU tiene un problema de discurso en realidad, porque no se sabe qué tipo de sociedad quiere ofrecer al final. Si quieren dar un paso más delante de lo que ofrece el centro izquierda, es necesario que muestren todas sus cartas. Ahora bien, Susana Díaz se ‘ha comido’ a Antonio Maíllo.


PL. ¿Apuesta realmente el Gobierno Andaluz por Andalucía o simplemente es un acoso y derribo al Gobierno Central?

FAO. Para eso está la autonomía y no consiste en acoso y derribo. Es que, si en esta tierra, en la que tenemos autonomía, queremos hacer políticas diferenciadas, tenemos que ir hacia adelante. Desde una autonomía con un nivel de competencias, el que gobierna tiene la obligación de hacer las políticas que crea, con independencia de lo que quieran en Madrid. Sinceramente, también creo que es al revés, que es Madrid el que no resiste a que aquí pueda haber políticas diferentes. Como andaluz quiero que el gobierno andaluz y el español ejerzan sus competencias entiendo que ambas deben estar muy bien delimitadas, como así lo dicen la Constitución y el Estatuto de Autonomía, para que no anden pisándose el uno al otro.

PL. Centrándonos en el Gobierno Andaluz, antes de llegar a la presidencia, Susana Díaz fue bastante cuestionada y recibió muchos palos, ¿ha sorprendido su hacer?

FAO. Ha demostrado que para ser político y saber dirigir no hace pasar por la universidad. Es una mujer muy astuta. Ha sabido ser una mujer de partido y no va a permitir que nadie que esté contaminado por los ERE esté a su lado y el radio lo ha puesto muy grande. De todas formas, a Susana Díaz hay que darle algo de más tiempo y el PP como no espabile, Susana les gana las elecciones, estas y las siguientes.


PL. Un ‘dedazo’ en el PSOE andaluz bastante criticado por parte del PP y ahora otro ‘dedazo’ con Moreno Bonilla por parte del PP…

FAO. A mí no me preocupa. Al presidente lo elige la mayoría del Parlamento. Aquí lo que hay es un problema de cultura constitucional. Otra cosa es, que los partidos políticos están tan cerrados  ante la sociedad que al final se consiguen convertir las elecciones parlamentarias en unas presidenciales. Los elegidos responden frente al partido y el partido se ha convertido en una especie de pantalla muy difícil de atravesar entre la ciudadanía y los partidos políticos. Si se tuviese la conciencia de votar parlamentarios,  a quien se le pediría responsabilidad por elegir al presidente sería a ellos. Pero como ese muro es oscuro, al final sólo se ve a la cabeza visible y el ciudadano no es consciente de que, al votar a unos parlamentarios, también ha votado a ese presidente. Pero hay  diferencias, el PSOE al menos tiene la desvergüenza de simular unas primarias, en el PP ni eso. La sociedad va a demandar un nuevo tipo de partidos políticos y el que no se ponga las pilas en eso…


PL. Un tema escabroso en Andalucía es el caso de los ERE, el ciudadano de a pie se pierde entre imputaciones, autos y demás y cree que nunca se llegará al final de proceso y aún no ha empezado.

FAO. No todo en esta vida es delito y eso los ciudadanos lo tienen que tener claro. El mayor problema de los ERE es que cuando se traslade la causa al Supremo, imagínate que dicen que el Gobierno andaluz no es responsable penal de nada, qué cara se nos queda a los ciudadanos. Al final los ciudadanos tendrán la sensación de que todo es un apaño entre el poder legislativo, ejecutivo y judicial. Vivimos en una sociedad totalmente corrupta y yo creo que eso va a ser totalmente pernicioso para todos, además, a Andalucía no le están haciendo ningún favor. No hemos aprendido que hay una responsabilidad política que es previa. Yo no entiendo nada, cuando Carmen Martínez Aguallo dice: ‘los responsables son Viera y Fernández’, y que desde el PSOE no se pida su dimisión… La sociedad necesita una depuración y la forma de hacerlo no es tan sólo un proceso penal.  La forma de hacerlo es previa, es política, y creo que ni el PSOE, ni el PP -con la ‘trama Gurtel’- han sabido hacerlo. Al final todo se pervierte. También se está afectando a mucha gente que es inocente, que lo único que han hecho es cumplir con su trabajo. Antes de finalizar la instrucción debería haber responsabilidad política. Cuando Griñán se fue, debería haberlo dicho y no medio insinuado. Al marcharse al Senado demolió su discurso. El problema de los ERE es que nadie se ha preguntado para qué ha servido el dinero, ¿para acallar las voces de los que protestaban? Todos hemos jugado al juego de la irresponsabilidad y ese ha sido el modelo productivo.


PL. Haciendo mención especial a Blas Infante y su Himno, ¿los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos?


FAO. Me conformaría con que un día, los estudiantes a los que les doy clase, cuando les pregunte, qué pasó el cuatro de diciembre de 1977 o el 28 de febrero de 1980 supiesen de qué estamos hablando. Y con eso recuperaríamos algo de lo que fuimos, aunque sea algo tonto. Tenemos un estado autonómico a nuestra disposición y la ocasión para trabajar bien y ser modelo de algo. Debemos ser conscientes de que tenemos un montón de instrumentos a nuestro alcance para hacer las cosas bien y no podemos esperar a que nos caiga el maná del cielo, porque no va a llegar y en las circunstancias actuales menos. Hay que ser mucho más serios y  a lo mejor así algún día volvemos a ser lo que fuimos. Creernos que la palabra Andalucía políticamente significa algo y que tenemos instrumentos para desarrollarlo.
-      

jueves, 27 de febrero de 2014

INNOVACIÓN: DE FLANDES AL TOMATO VALLEY ANDALUZ

ÁLVARO GUIJO


En el análisis de las causas que explican la dramática situación económica, política y social que vive Andalucía suelen darse cita argumentos fatalistas, que aluden implícitamente al destino manifiesto como principio y fin de todos nuestros males. Cual plaga bíblica, el lacerante desempleo en nuestra tierra –nada menos que el ¡36,3%! de la población activa, EPA 4T 2013, casi quintuplicando la media de la OCDE- vendría explicado por una suerte de alineación astral, como si Saturno o Júpiter fueran responsables de nuestros infortunios. Sin embargo, las antiguas deidades romanas nada tienen que ver con el presente de Andalucía, y está en nuestras manos conquistar nuestro futuro, abandonando el inmovilismo fatalista y siendo conscientes de nuestras extraordinarias potencialidades.

Previsión de desempleo de la OCDE

La conquista del mañana empieza en el ahora. Para que la propaganda quimérica de la “Andalucía, imparable” se sustancie en hechos concretos no hay que esperar al enésimo Plan de Desarrollo quinquenal de la Junta: tu futuro está en tus manos, y no en las de ningún bur(r)ócrata de San Telmo. Mientras tanto, la simpar Susana seguirá difundiendo la versión políticamente correcta de lo que acontece en nuestra tierra –la Arcadia feliz made in CanalSú-, aunque para ello haya de embarcarse en promesas incumplidas; hueras ilusiones que reverberan en el eco implacable de treinta años de letargo. Letargo autoinducido por un Gobierno a todas luces incompetente, que no ha sabido resolver, en tres décadas de nutridos fondos europeos, ninguno de los grandes problemas que sufre Andalucía; y una oposición incapaz de proponer alternativas reales frente al fracaso del estatismo esclerotizante. Broma macabra, la de la clase política andaluza –claro ejemplo de la más rancia dedocracia- que se disuelve, cual azucarillo, al descubrir la verdad desnuda de la EPA. Un millón cuatrocientos cuarenta y seis mil andaluces que viven en la profunda incertidumbre del que espera habiendo perdido toda esperanza; del que afronta cada nueva alborada como un caminante sin camino; como alguien que no se siente dueño real de su porvenir.

Ya basta. Basta de gobernantes incompetentes que se sirvan de Andalucía en lugar de servir a los andaluces. Basta de nepotismo, dedocracia, corrupción, despilfarro de lo ajeno, fanatismo y obediencia ciega a las sacrosantas directrices del Partido con tal de permanecer en despacho oficial. Basta de la política concebida como única profesión posible para aquellos que carecen de profesión, que jamás han creado valor para la sociedad y que se limitan a camuflar su absoluta incompetencia en la retórica mitinera del argumentario. Andalucía no es el cortijo de nadie, basta ya de tomarnos por imbéciles.

Susana Díaz VS Juanma Moreno

Andaluces, regeneraos; sed conscientes de vuestro –nuestro- incomparable pasado y luchad denodadamente para ser merecedores de un futuro mejor. La herencia histórica aquilatada a lo largos de los siglos por Trajano y Adriano; Séneca, Averroes, Maimónides y Lucano; Velázquez, Murillo y Picasso; Martínez Montañés y La Roldana; Góngora, Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, los Machado, Lorca, Alberti…y tú. Permíteme el tuteo, querido lector, para incluirte entre los grandes hacedores de Andalucía. Te mereces figurar con letras de oro en el libro de honor de nuestra tierra, como homenaje callado a aquellos hombres y mujeres que, desde el trabajo diario, conquistan día a día su mañana en el hoy. Como el humilde agricultor que, desde hace siglos, ha seguido los ciclos insondables de la naturaleza para extraer, de la Vega del Guadalquivir, el oro líquido con el que alimentar a su familia y prosperar a través de las generaciones, modelando la tierra y haciendo posible el prosaico milagro que ya estudiara el gaditano Columela hace más de dos milenios. No estamos condenados al subdesarrollo, querido amigo, y la voluntad tenaz de nuestros antepasados debería servir de mudo ejemplo, como antídoto frente a la pasividad y el conformismo de aquellos que ya nacieron – que nacimos- condenados a abandonar Andalucía para buscar un futuro allende las estribaciones de Sierra Morena, ante la perpetua carestía resultado de tres décadas de intervencionismo autocomplaciente.

Escudo de Andalucía, tan maltratado


Escribo estas líneas desde el viejo Flandes, tierra castigada duramente por dos Guerras Mundiales y sucesivas conquistas a sangre y fuego de los colosos circundantes que, a pesar de ello, ha sabido sobreponerse a todas las circunstancias adversas y alcanzar la prosperidad. Bélgica no dispone de recursos naturales especialmente abundantes; su dimensión territorial es menor que la de Extremadura; enfrenta continuas tensiones secesionistas provenientes del territorio flamenco; su inestabilidad política llegó hasta el punto culmen de vivir sin Gobierno Federal durante más de un año; y su sistema administrativo es aún más complejo que el español (sí, es posible), haciendo de la duplicidad la (ineficiente) regla. ¿Cómo puede, entonces, un país como Bélgica, situarse a la cabeza del desarrollo, con un sector industrial puntero y unos niveles de bienestar que en nada envidian a las primeras potencias mundiales? La respuesta a estos interrogantes podemos encontrarla en las lecciones de la Historia.

A finales del siglo XIV, Gante era una próspera ciudad dedicada principalmente a la manufactura de textiles y al comercio con el resto de Europa. Tal llegó a ser su riqueza que, en la Edad Media, era considerada como la segunda ciudad más importante del Viejo Continente, tan solo superada por París. Indudablemente, el éxito de Flandes se basó en la creación de valor añadido a las materias primas que importaban de países como España. Así, los ganaderos de la Mesta castellana vendían su producción de lana a las ciudades flamencas y compraban las prendas ya confeccionadas en los telares del norte a un precio, como imaginará el avezado lector, sustancialmente más alto.

Es cierto que la orografía de los Países Bajos supuso una considerable ventaja competitiva, al reducir los costes de transporte gracias a la eficiente red de canales, que constituían el auténtico cordón umbilical de Flandes con el resto del continente. Sin embargo, la verdadera clave del desarrollo flamenco hay que buscarla en los factores empresarial (lo que hoy se denominaría entrepreneurship) e institucional. Mientras que la estratificación social española se fundamentaba en el derecho de sangre –la nobleza y el clero-, en las prósperas ciudades de los Países Bajos florecía una pujante burguesía, que no dudó en mantener un pulso con el mismísimo Emperador Carlos V y defender sus derechos ante una presión impositiva asfixiante, que amenazaba con poner en riesgo la prosperidad e independencia. El espíritu empresarial de la burguesía flamenca perduraría hasta la Revolución Industrial, hasta el punto de que Gante fue conocida como la Manchester belga por el dinamismo de su tejido productivo.

Atlas sosteniendo el mundo

Hasta aquí la pequeña incursión en la historia de Flandes. Volviendo a Andalucía, ¿qué lecciones podemos extraer para el desarrollo futuro de nuestra tierra? ¿Acaso no tenemos suficientes potencialidades para alcanzar niveles de desarrollo parejos a los de Bélgica? ¿Es el tejido social andaluz menos dinámico que las ciudades flamencas del S.XV?

Desde mi punto de vista, el gran reto de Andalucía está en dejar de ser la Mesta castellana del S. XXI (volcada, grosso modo, en los sectores agrario y turístico) y centrarse en la creación de valor añadido, verdadero caballo de batalla del futuro europeo en un contexto global. ¿Quiere eso decir que tenemos que abandonar los olivos y sustituirlos por Google Glass y iPads? No, y ese es uno de los errores en que incurre el esnobismo emprendedor, tan de moda en los últimos tiempos. No todo el mundo puede copiar el modelo de Silicon Valley, ni es deseable que ello sea así. De hecho, California no solo destaca en el diseño de gadgets de todo tipo: su sector agroalimentario se sitúa como el quinto mayor productor de mundo.

Almería, el Tomato Valley andaluz

¿Tenemos que seguir elaborando aceite de oliva y jamón ibérico? Sí, el mejor, pero innovando constantemente en los procedimientos de fabricación y comercialización y adaptando el know-how tradicional a las exigencias de nuestro tiempo. Un ejemplo muy claro, sin ir más lejos, lo tenemos en Almería, tierra desértica que ha conseguido, en las últimas décadas, situarse a la cabeza de Europa en producción hortofrutícola. Es cierto que los humildes tomates de invernadero no son tan cool como las tablets de Apple, pero ¿acaso no es el Tomato Valley almeriense un claro ejemplo de innovación? Innovación made in Andalusia en el sector del campo, y todo ello a pesar de unas instituciones públicas hipertrofiadas e ineficientes que se regodean en el entrepreneurship de salón -queda muy bien en la foto- mientras disfrutan poniendo trabas a la creación de nuevos negocios; colocan a sus allegados en Agencias de nombre impronunciable y dudosa utilidad; y recurren a la manida lucha de clases para disimular su patente incompetencia. El motor económico de Andalucía no lo decidirán, a golpe de BOJA, nuestros bienintencionados dirigentes. Serás , querido lector, con tu voluntad, creatividad, pasión e ingenio, el que haga avanzar las fronteras del conocimiento y haga progresar a nuestra tierra. ¿Andalucía imparable? Sí, pero a pesar de la (omnipresente) Junta. ¡Chúpate esa, Mark Zuckerberg!

miércoles, 26 de febrero de 2014

YO, MÍ, ME CONMIGO

CARLOS AFÁN


No, no es el último álbum de Joaquín Sabina, es la que parece ser la hoja de ruta de la flamante nueva presidenta de Andalucía, Susana Díaz Pacheco; y prueba de ello fue el acto que el pasado 23 de febrero organizó El Partido y donde ella fue genio y figura.

En ningún momento se quiso vender el acto como un mitin político, y tras seguirlo desde el comienzo hasta el final estoy convencido de que no lo fue. Y no lo fue por la sencilla razón de que para serlo, por un mínimo de decencia y algo de sentido de la vergüenza, se hubieran planteado en él ideas para cambiar la situación actual, y en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla lo único que se escuchó fue el aplauso constante de miles de militantes que parecían estar encantados con la situación en la que está sumida Andalucía.

El acto recordaba mucho a la puesta en escena que meses antes había escenificado Albert Rivera con El Movimiento, que presentaba al orador rodeado de diversas personalidades sentadas en banquetas.

Y allí estaba ella, sin grandes personalidades a su alrededor pero pletórica, radiante,  y rodeada de jóvenes. Jóvenes de la que es sin duda alguna una organización juvenil independiente política y orgánicamente de El Partido; por eso estaban allí, tras la mismísima Secretaria General, para dejar clara su independencia.

Susana Díaz, aplaudida, por los suyos


Su intervención comenzó citando a Antonio Machado, a un Machado adulterado y manoseado por una clase dirigente que muy rápido ha olvidado que la pluma del escritor dejó redactada aquella frase que dice “Ni vale nada el fruto cogido sin sazón... ni aunque te elogie un bruto ha de tener razón”; y es que sí, señora Presidenta, si el poeta sevillano volviera a la vida y viera quién hace empleo de su nombre, de su tierra y de su letra, seguros estamos de que vergüenza sentiría.

Pero las fuerzas de la dirigente socialista no se quebraron al repetir una y otra vez que había llegado el momento de demostrar al resto de España que otra política era posible y que la iban a poner en práctica; ya me hubiera gustado ver el gesto de asombro que debía de tener su sucesor, Pepe Griñán, al echar por tierra las políticas que había practicado hasta la fecha.

La presidenta recordó aquel primer y lejano 28 de febrero, definiendo a la Andalucía del aquel momento como la tierra de la igualdad de oportunidades, y es que tales reminiscencias se quedan en eso, en un simple recuerdo de un tiempo mejor, que nada tiene que ver con el desolador drama del empleo en nuestra tierra.

Fue precisamente en este aspecto donde el discurso de Susana Díaz adquirió un cariz decisivo, al hacer referencia al tema de la Política Agraria Común (PAC) y su reforma, que afecta a cerca de 280 mil productores. Llegados a este punto, sería bueno echar la vista atrás y no olvidar quién había sido el garante de este gran tesoro de los agricultores andaluces: Luis Planas Puchades. Efectivamente, el que fuera el rival de Díaz en la mímesis de primarias que realizó El Partido en julio de 2013, había sido fiel defensor, tanto a nivel europeo como a nivel autonómico, de una distribución más favorable de la citada política europea para los agricultores andaluces.

Finalmente Planas no consiguió los apoyos suficientes y fue redirigido en buena dirección por la senda de los elefantes –ahora es Secretario General del Consejo Económico y Social de la Unión Europea-, dejando a la joven política sevillana una Andalucía y un partido en el que ella hará lo que estime oportuno.

Pero el sentido de la oportunidad no se le apareció aquella mañana de a la presidenta, la cual no consideró que quizás hubiera sido un buen momento para hacer algo de pedagogía democrática al explicar qué iba a hacer con ese millón y medio de personas en paro1 que hay en la comunidad en la que gobierna, y que representan a más del 25% de parados en España; pero la Presidenta calló. También hubiera sido un buen momento para que nos explicara de qué manera iba a atajar el endeudamiento2 que ya en 2012 se había duplicado con respecto al año anterior; pero la Presidenta volvió a callar.

Pero no calló, y sin embargo, cayó en las promesas vacuas, en seguir manteniendo en estado de ensoñación a tantos andaluces inocentes que ajenos están a las realidades que suceden en otras zonas de su tierra.


Muy mal tienen que ir las cosas, para que el partido que gobierna tenga que hacer un acto de estas dimensiones para convencerse, a sí mismo, de que están haciendo las cosas bien.

De nuevo, Susana Díaz, diosa Astarté en un acto de rasgos "orwellianos"


(1) Datos sobre el paro:
(2) Datos sobre el endeudamiento: