martes, 26 de noviembre de 2013

A DEDO MUERTO, DEDO PUESTO

GONZALO GRAGERA


Aunque estemos a martes y la semana la hemos dado por empezada, aún padecemos la resaca de un fin de semana que nos ha dejado el artículo prácticamente escrito. A mí me entusiasma la casta política andaluza, de ella emana, como de una norma o de un precepto, innumerables ideas que ayudan al dificultoso oficio de la escritura. Entre estas ideas que uno retiene en el disco blando de la memoria tenemos el congreso que recientemente ha concelebrado –que algo de liturgia y de rito tiene el socialismo del personal- el SOE en versión andaluza. El mismo partido que, sin abuela que le aplauda las gracias de los niños de su televisión autonómica, se afana en mostrar como el torero que ha triunfado en la plaza sus victorias ante las calamidades y las fatiguitas que los andaluces han pasado. Como si el SOE versión andaluza hubiera sido el único en echarse a la calle el cuatro de diciembre o como si hubieran establecido ellos y sólo ellos las libertades por estos lares cuando la Brigada Social a más de uno le iban pisando los talones. Ay, Diamantino García…

Pero no nos vayamos por las ramas de la historia y sigamos por esta senda que habíamos marcado en un artículo que, le advierto estimado lector, nada de académico tiene. No es momento para jergas ni pedanterías. Como íbamos indicando, este fin de semana el SOE ha celebrado su congreso en Granada –algunos hablan de reconquista a los peperos, por aquello de la toma de Granada en 1492 a los últimos musulmanes de la península- para elegir al presidente –presidenta en este caso- del partido en Andalucía. A Micaela Navarro hay que darle la enhorabuena… o el pésame, según se miren las circunstancias del cíclope que nos asedia. Por la otra orilla del socialismo, que tiene un río que no desemboca en la mar de la oposición, este congreso extraordinario –apunten el mote capillita- eligió a Susana Díaz como líder del partido. Podríamos detenernos en las anécdotas, en los chismorreos, en la grandilocuencia  de los discursos manidos y en una incontable suma de frases y chisporroteos dignos de los mejores guiones del buen humor. Aun así, hoy no. Hoy no tengo la diligencia debida para ello. O bueno, sí.

El despiadado rostro del dedo siniestro que todo lo elige.


A mí esta pomposidad y este boato de los congresos en los partidos me dibuja en el rostro una mueca de guasona compasión. Congresos disfrazados de democracia interna en donde eligen a un candidato que la prensa o los militantes afines dieron por investido de potestad antes de votar a nadie. ¿Qué necesidad hay entonces de montar este teatro de marionetas? ¿Qué finalidad se busca en la repetición de textos enlatados y semblanzas mutuas que ni el más hipócrita de los entre nosotros presentes superaría? ¿Para qué tanto monta tanto y tanta bandera al vuelo que nadie levanta? Y bueno, claro está, ¿quién paga todo? La respuesta a la última pregunta duele… Y mucho. Para las demás, como Descartes: en la duda habito. Cogito ergo sum. Cogito todo lo que puedas y llévate fresquito el dedo que te ha elegido. Parafraseando a José Hierro, tanta autonomía para nada.

En este páramo por donde deambulamos no menos dedocrática resulta la elección del candidato en la oposición. Que usted, como hombre de buena costumbre, se sorprenderá al conocer que en Andalucía tenemos oposición. Por aquello, ya saben, del don de la invisibilidad. Nadie sabe ni nadie los espera. Mutis por el foro y a aguantar el chaparrón sin paraguas, sin electorado, sin propuestas y sin esperanzas. Nombrar candidatos para la muerte anunciada de las próximas elecciones. A la deriva, como los barcos anclados en la pleamar, así nos encontramos con un partido cada día más impopular, más esmirriado, más pobre. Democracia interna que se presume de boquilla, don dedazo nos espera en el centralismo de Madrid. Volvemos a su paisano José Hierro, tanto estatuto para nada. Como ya nos dejó escrito el poeta Rafael Montesinos:

No confíes demasiado,
que el negro toro andaluz
derrota por los dos lados.


A dedo muerto, dedo puesto. Pobre bipartidismo en Andalucía que todo lo resume a un esquema de contenidos similares, a un callejón sin más salida que la frustración y el desengaño. Ojalá que así no sea. Ojalá que así fuere.

lunes, 25 de noviembre de 2013

JACK, CARLSEN, MALALA Y EL TABLERO DE JULIA

JAIME FERNÁNDEZ-MIJARES


Todo empezó un sábado, el día que surgen las grandes ideas. Pues, si las grandes ideas de este siglo XXI y el pasado siglo XX salieron de un garaje, éstas tuvieron que surgir en el sexto día. Julia tiene trece años, encuentra, entre las estanterías de su padre, un ejemplar de un periódico del día 23 de Noviembre de 1963. En él, figura el titular con un retrato al lado, ``MURIÓ ASESINADO´´. Su curiosidad le hace preguntarme quién es ése hombre, -Kennedy –contesto-. –¿Y qué era? Al preguntar eso, la respuesta es fácil, pero no sencilla. Junto con Abraham Lincoln y Ben Franklin es la figura histórica que más admiro y sobre la que más he leído. De alguna manera he crecido siempre con el mito de Jack dándome sombra. El presidente número 35 dejó frases como Perdona a tus enemigos pero jamás olvides sus nombres –mi favorita- o la grandeza de un hombre está en relación directa a la evidencia de su fuerza moral –mejor aún-.

La elocuencia le hizo digno de admiración incluso entre sus propios enemigos. La elocuencia es la virtud que me alumbra para explicarle a mi ahijada lo que fue la corta vida y el mandato de poco más de mil días de este presidente. Jack era partícipe de la mejor de las tradiciones de las que el hombre puede disfrutar: el Honor. Y si hubiera podido elegir, en lugar de convertirse en mito y leyenda aquel día en Dealey Plaza en Dallas, a buen seguro hubiera preferido seguir siendo hombre para alentar esa pequeña llama que yace dentro de cada individuo: la Esperanza.

John Fitzgerald Kennedy.


Magnus Carlsen cuenta veintitrés años. Veintitrés años que le sirven para golpear con puño de acero un tablero de ajedrez con alfiles y reyes que llevan apellidos tales como Spasky, Fischer, Karpov y Kasparov. Carlsen tiene un cociente de 186, que da como resultado una palabra: GENIO. Magnus, puede representar aquello que definía a Mohamed Alí, baila como una mariposa y golpea como una avispa –sobre el tablero- y es tristemente consciente del peor y el mejor de los rivales al que tiene que enfrentarse, es consciente de quien es el rival que mas odia. Si Gary y Anatoly se necesitaban tanto como se odiaban para ser más grandes –Leontxo García dixit- Magnus Carlsen se odia a sí mismo tanto como se necesita. Cuentan que los ajedrecistas –muchos- acaban alcoholizados, corrompidos por su propia gloria, frustrados por un halo que les imponen de figura que en muchas ocasiones les venía grandes véase la espantada de Fischer a Kasparov en la partida organizada por el dictador Ferdinand Marcos en Filipinas-.

Carlsen, en definitiva, es digno de justa admiración por esa virtud, por ser consciente de que uno mismo es el mejor y el peor de los rivales, un animal para sí mismo, para el que todo debe falta y nada debe bastar; la esencia misma de lo que es y debe ser la vida de quien rige los destinos de quienes le eligieron.

Julia me mira con asombro, consciente de mi admiración por Jack, a lo que responde –A mí me gusta Malala! –exclama, mientras se adivina ese dulce tiroteo en sus ojos del que hablaba el poeta-:

-¿Sabes qué dice?
–No – respondo-
-Un niño, un profesor, un lápiz y un libro pueden cambiar el mundo.

Me asombró en ese momento como Julia admiraba a una niña que se rebeló contra lo que en la mente de unos pocos fanáticos es normal, intentando hacer pedagogía sobre lo que en la calle y en la vida debe ser normal: que todos somos iguales. Malala es símbolo de valentía, y ejemplo de lo que Jack hubiera preferido seguir siendo, Malala es vida. Una niña de 13 años fue capaz en una tarde de enseñarme de lo que es capaz el valor en situaciones en las que no hay lugar para el miedo y si mucho espacio para la valentía.

La elocuencia de Jack, el arrojo de Malala y la determinación de Magnus son las tres puntas de lanza que cualquier político u hombre de estado debe tener como guías de su espíritu. Solo así, con esas tres capacidades –amén de otras muchas- el hombre llega a ser grande por la evidencia de su fuerza moral que ,reflejada en los demás, llega a hacer que la sociedad camine a la sombra de gigantes, aprendiendo de estos ejemplos y superándose cada día más. Si esto no es así, entramos en una dinámica de acomodamiento y conformismo en la que preferimos que el Estado nos proteja y se inmiscuya en nuestras vidas antes que elegir ser hombres y mujeres que son Elocuentes, tienen Arrojo y Determinación y elegir no ser alguna de esas tres cosas, parafraseando a mi admirado, querido y muy releído Manuel Chaves Nogales, ¡es de un coraje!

viernes, 22 de noviembre de 2013

LUCES, CÁMARA Y ACCIÓN

SERGIO HARILLO


Acaba de terminar la décima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla y cuando aún no se ha desmontado la alfombra roja los focos ya están encendidos en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que este año celebra su trigésimo novena edición. Son dos de los grandes festivales que actualmente tienen su sede en Andalucía, una región en la que, a lo largo del año se celebran una veintena de festivales y muestras relacionadas con el género audiovisual; el Festival de Cine Español de Málaga, el de Cine Africano de Córdoba, la Bienal de Cine Científico de Ronda, el de Cine Documental de Jaén, etc. Es la cara más visible y mediática de una industria que, según la Memoria Anual de Actividad de la Andalucía Film Commission generó en 2012 un impacto económico de 102,94 millones de euros y que dio empleo a 10.784 personas en los 968 rodajes asesorados por esta Institución.

Unas cifras que dan idea de la importancia de la industria cinematográfica en nuestra región. Sin embargo, no dejarían de ser números si no fuera por el reconocimiento internacional que está teniendo nuestro cine, no sólo por los actores andaluces que trabajan en Hollywood como Antonio Banderas o Paz Vega, sino por los premios y galardones que está recibiendo en diferentes certámenes internacionales en múltiples categorías.

La relación entre Andalucía y el cine se remonta a los orígenes del género, cuando los hermanos Lumière, precursores del Cinematógrafo, rodaron en Sevilla a finales del siglo XIX una corrida de toros y una procesión de Semana Santa. Después llegaron las películas del Oeste rodadas en Almería, Lawrence de Arabia, El Reino de los Cielos o las más recientes de directores españoles y andaluces que han apostado por Andalucía como escenario de sus obras (Paco León, Alberto Rodríguez Librero o Santi Amodeo, entre otros muchos). Una industria que hay que mimar y cuidar, pero sin llegar a crear una dependencia excesiva de lo público. El poder público debe respaldar la creatividad, la cultura y la marca Andalucía, pero no todo se puede reducir a la subvención, hay multitud de maneras de potenciar una industria sin necesidad de caer en la inyección de dinero público. Llevamos años oyendo hablar de la crisis del cine español y de la falta de respuesta del público hacia el producto patrio, pero ahora que la calidad de nuestro cine y la respuesta ciudadana son un hecho, habría que preguntarse qué más se puede hacer para mejorar los datos de esta industria.

Casino de la Exposición -Sevilla-.


A nadie se le escapa que la subida del IVA cultural es una medida que está haciendo muchísimo daño, ¿se está haciendo lo suficiente desde Andalucía para paliar ese ataque a la Cultura? ¿Qué medidas se podrían tomar para evitar la subida de precios de las entradas de cine y lograr que el público conecte de nuevo con el séptimo arte? El Festival de Cine de Sevilla ha puesto las entradas a tres euros y ha logrado un porcentaje de espectadores que ha rozado el lleno absoluto; hace un par de semanas varios cines españoles rebajaron el precio de las entradas y las colas fueron espectaculares. Hay ansia de cine y de Cultura, trabajemos entre todos para que el público llene cines y teatros. Es fundamental buscar la manera de fomentar el consumo de cultura y eso es una tarea de todos, de los estamentos públicos pero también de las entidades y empresas privadas. No podemos seguir quejándonos, hay que buscar soluciones. ¿Por qué no hacer del Día del Espectador una auténtica fiesta del cine con entradas populares que llenen las salas? ¿No se podrían hacer bonos especiales que premiaran la fidelidad o el consumo de películas? ¿Qué puede haber más interesante para un espectador que acudir a ver una película y encontrarse en la sala con los protagonistas?

Si queremos un cine de calidad que sea un motor económico y genere riqueza en nuestra región, debemos trabajar en todos los eslabones de la cadena. Si se consume cine en las salas habrá más interés y presupuesto para hacer nuevas películas y por lo tanto más gente podrá vivir de esta industria, lo que redundaría en otros sectores. De nada sirve luchar contra la piratería o subvencionar una producción si luego el ciudadano medio no va al cine a ver la película. Pongamos todos de nuestra parte para que el auge del cine hecho en Andalucía no sea una moda pasajera y se convierta en una marca de esa Andalucía imparable que aún persiste en algún cartel de carretera.



jueves, 21 de noviembre de 2013

ALEGATO POR LAS RENOVABLES

NACHO EGUÍA 


Desde siempre he tenido mucha fe en la ciencia. No me culpen, me viene de familia. Y a medida que crecía me afirmaba interiormente en esa creencia. La ciencia, la tecnología, tienen un carácter empírico que va intrínseco en su procedimiento, en su secuencia lógica. Es el método científico: ensayo y error, como la vida misma.

El desarrollo de la ciencia y la industria está íntimamente ligado a una época histórica de regeneración y profundo cambio social. La Revolución Industrial, el maquinismo y la invención de la máquina de vapor son el germen de lo que hoy conocemos, la transición hacia otro modelo de explotación de recursos.

A principios del siglo XIX una de las principales fuentes de energía era la hidráulica, donde, ya saben, se aprovecha la energía de las corrientes de agua. Mucho antes, nuestros antepasados hacían uso de la energía eólica a través de los clásicos y extendidos molinos («No son molinos amigo Sancho, que son gigantes»).

Molinos de viento.
Parece que todo era de color de rosa, ¿no creen? Cuando se inventó el automóvil y el motor de combustión, la cosa cambió. Empezamos a movernos a velocidad de vértigo y, como suele suceder, nos estrellamos. Los problemas que derivan de la explotación de combustibles fósiles van desde crisis energéticas a la dependencia del petróleo, contaminación, expolio y un sinfín de crudezas que nadie parece querer reconocer.

El petróleo gobierna ahora mismo, qué duda cabe. Si no, díganme por qué hay monedas que dependen única y exclusivamente de él (no la confundan con los Piedrólares). Díganme para qué ha ido la selección española a Guinea.

Uno de los elementos que ha limitado el progreso en España ha sido la insuficiencia de recursos energéticos. Dependemos muchísimo, e históricamente lo hemos hecho, de las importaciones. Primero fue el carbón, luego el bloqueo al petróleo, ahora la escasez del mismo.

Andalucía es la tercera Comunidad Autónoma con mayor consumo energético (10,7% del total) tras Cataluña y la Comunidad Valenciana. Aunque claro, somos también la más poblada, superando en tres millones y medio de habitantes a la comunidad levantina.

Afortunadamente no todo ha sido invasión y expropiación de recursos. La tecnología ha permitido que muy poquito a poco se aumente la producción de energía gracias a los recursos naturales virtualmente inagotables, las Energías Renovables. Esto es, la utilización del sol, el viento, las mareas... en beneficio propio, sin un impacto medioambiental como el que estamos sufriendo.

Entre la eólica, la hidráulica y la solar, lograron producir el 32% de la producción total neta generada durante 2012 en España. La nuclear (con categoría de Renovable pero no limpia) abasteció un 22% de la demanda total. Sin embargo, el dinero que España dedica a comprar combustibles subió más de un 13% durante el último año, y el déficit energético ronda los 45.000 millones de euros al año. Vaya, con lo bien que vendrían para unos Juegos Olímpicos.

Nuestra Comunidad Autónoma afortunadamente apuesta, dentro de las vicisitudes del contexto actual, por esta vía. Numerosos molinos eólicos campan por nuestros prados (dicen, de hecho, que Eolo era de Tarifa), lideramos Europa en energía termosolar gracias a la instalación de la central solar termo-eléctrica PS10 de Sanlúcar la Mayor (si no la han visto, háganlo, es impresionante), y tenemos también un papel muy destacado en Biomasa.

Primera estación termosolar de torre central del mundo (Sanlúcar la Mayor -Sevilla-).


Además, la industria de las Renovables proporciona trabajo a 45.000 de nuestros paisanos.¿Qué por qué esta industria no goza del progreso que merece? Bueno, ya saben. Políticos que privatizan compañías eléctricas, pasan a sus consejos de administración y se aseguran mantener el beneficio que este sistema considera legítimo.

¿Qué por qué ocurre esto? Porque nuestros políticos han pasado de filósofos a gestores, de eruditos a grandes administradores de lo ajeno. Y lo hacen bien, sólo hay que echar un vistazo.

¡Andaluces, regeneraos! Busquemos nuevas vías de exploración, de mecanismos de trabajo y abastecimiento energético. Hagamos una transición a un modelo limpio de humos y tropelías. Nuestra tierra y nuestra gente lo necesitan.






miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA CULTURA ANDALUZA: DEL TÓPICO AL MITO (I)

GONZALO GRAGERA



El tópico como método para describir a un pueblo que nos resulta extraño, lejano y poco conocido siempre ha sucedido. Y sucede. Y sucederá. España, construida y cimentada durante siglos de historia, se descompone en una amalgama de culturas cuyos ritos y costumbres se corresponden con un territorio concreto: gallego, vasco, catalán, manchego, aragonés, asturiano, valenciano, extremeño-andaluz… Sólo lean los gentilicios que he escrito y no les será complicado asociar determinados aspectos y criterios culturales propios (gastronomía, fiestas típicas, indumentarias regionales, fisonomía del paisaje, naturaleza, etc.) al territorio que escoja. De este modo, quizá podemos afirmar que España está formada por un conjunto de regiones con identidades culturales genuinas de dicha región. Sin pretensión de elaborar un discurso nacionalista andaluz –ni Dios lo permita, como diría Lola Flores- , más bien racionalista andaluz, término acuñado por el profesor Fernando Álvarez-Ossorio. Intentaremos desmenuzar los tópicos culturales andaluces y licuar sus peculiaridades para una digestión más liviana. Hacer del tópico algo más: el mito. Tópicos entendidos, claro está, como las categorías sociales y culturales que definen nuestra región; bajo ningún concepto nos detenemos en analizar los clichés –asunto bien distinto al que tratamos- que nos imponen. Ni los complejos ni el tiempo están para eso.

Entre los tópicos que aquí traemos, propios de la cultura andaluza, mencionamos en primer lugar ,como no puede ser de otra forma, el flamenco. El flamenco heredado, según los eruditos y los cultivados, de la cultura arábiga… Por sus notas, sus instrumentos, sus compases, sus ritmos, su literatura. No es necesario ser flamencólogo para intuir la riqueza de las letras, la literatura de sus ritmos y el encanto de su melodía. Su historia y su sabor. ¡Cuántos empresarios en Madrid haciendo negocio de una estética y de un arte que descontextualizan sin piedad! Que esa otra, y aquí alzamos el tono: maldita indolencia padecemos y maldita ignorancia de nuestras raíces. Quizá así nos luzca el pelo –a unos más que a otros- como cantaban en un subgénero de nuestra cultura que tiene una buena sucursal en Cádiz: el carnaval. Algún día habrá que hablar y habrá que escribir de sus particularidades.

El flamenco, como hemos escrito, es consecuencia directa de sus letras, es decir, de la literatura. O viceversa. Huevo y gallina, nunca se sabe. La literatura andaluza también posee mucho tópico y mucha floritura, nacida quizá de los famosos y citados versos de García Lorca; cuya obra es arquetipo del mito y del tópico en Andalucía. Podemos citar muchos más, por ejemplo: Rafael de León, Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, Manuel Benítez Carrasco, los Machado, Xandro Valerio, Jose María Pemán, Fernando Quiñones… Incluso cantautores, a modo de canción protesta o de poesía popular en el género de la  canción, como es el caso de Carlos Cano.

Al flamenco y a la literatura de Andalucía quizá deba acompañarle en este recorrido otro ingrediente del folclore y de la cultura andaluza: el paisaje. O mejor dicho, la variedad y las opciones de su paisaje. Andalucía es la única región de España, y me atrevería a decir de Europa al menos, que tiene en 87.268  km² un clima capaz de albergar el cálido sol de la costa de Huelva y la fría nieve de las pistas de esquí de Sierra Nevada en Granada. Infortunios del capital, qué remedio, que éste no se encuentra en manos de empresas de la casa. Así me temo que será. No obstante, el turismo, he aquí otro tópico, fluye y nutre las rentas de numerosas familias. Recursos nos sobran. Aun así no nos bastan, tampoco lo olvidemos. ¿Qué debemos hacer?

Armonía del paisaje, belleza de la literatura, identidad en el flamenco. Tres características de nuestra cultura que merecen ser consideradas. Consideradas hasta tal punto de ir más allá y revestir de nuevo al santo. ¿Tópicos? ¿Por qué no algo más? ¿Por qué no lo llamamos de otra forma? ¿Por qué no mitos? Mitos que nos sirvan como instrumento de nuestra raíz y como excusa para nuestro orgullo; mitos como referencia –en este punto del artículo será necesario leer a nuestro colaborador Sergio Harillode un territorio, o mejor dicho, de una tierra. Una tierra mitificada, una tierra poética, una tierra virgen aún sin descubrir. Necesitamos, pues, exploradores. Seguimos regenerando…


                                                             
Bibliografía:


-Burgos, Antonio. (1972). Entre la cultura y el folclore. Andalucía, ¿Tercer Mundo? (pp.129-171). Barcelona.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Y PAVÍA LLEGÓ TARDE... COMO MAL CABALLERO

JAIME FERNÁNDEZ-MIJARES



En estos días en los que si se piensa que tendrían que gobernar los mejores, y de seguido te contestan ``pero si en esto nos metieron los de las corbatas´´, anda este servidor apuntando, apoyado en su raída y añeja chistera –imaginaria, no me juzguen mal- , aquello que podría ser y no es. El idealismo no es ni debe ser el fuerte de alguien, si bien, debe ser el pragmatismo y la acción a la vez que el movimiento, lento o rápido, cual caracol o una liebre pero movimiento.

En 1874 el general Pavía dio un golpe de Estado y procedió al desalojo de la Cámara Baja, a lo que los diputados allí presentes respondieron con un intento de huída por las ventanas, respondiendo Pavía, ``Pero, señorías, pudiendo salir por la puerta tranquilamente, no huyan ustedes saltando por la ventana´´. De aquel día se cuenta la leyenda que Pavía llegó a lomos de su caballo hasta la cocina del Congreso, tal como recordaba el impertérrito Alfonso Guerra en una intervención respondiendo al hombre con el que este país está en deuda para siempre, Adolfo Suárez, ``Señor Suárez, si el caballo de Pavía entra en el Congreso, será usted quien lo meta (…) Suárez no aguanta más Democracia y la Democracia no aguanta más a Suárez´´.

El abrazo -Juan Genovés-.


Hubo tres cosas que don Alfonso no sabía: que Pavía no entró a caballo, que el ``caballo´´ de Pavía lo metió él en el Congreso –Lean Anatomía de un Instante de Javier Cercas, entre otros libros- y que aquellas crueles palabras dirigidas a don Adolfo le pesarían el resto de su vida (cosa de la cual me alegro, pues si Dios no da la oportunidad de redimir los pecados, puede redimirse su merced día a día o a través de repetir lo mucho que se arrepiente).

Llega el puente de todos los Santos en medio de una semana de actividad parlamentaria, y justo el día y a la hora de tomar las pequeñas vacaciones, hay una votación, procediendo con voz grave el presidente del Congreso a leer el resultado.  Y es en el momento justo, cuando anuncia que el resultado es negativo –sin llegar a los votos a favor ni abstenciones-, cuando sus señorías emprenden la carrera como si Pavía estuviera presente y les gritara, ``Hala, corran de puente, y ya vienen la semana próxima sus señorías a trabajar.

Lo descrito en el párrafo anterior no es otra cosa que una clara demostración: el animal político que es el hombre, ha olvidado su propia esencia. Repasando a Platón, apoyando esto que llaman e-book en mi raída chistera, leo que La Timarquía o Timocracia es el gobierno de la honra de los hombres orgullosos y deseosos de recibir honores y que velan por el interés del Estado, siendo lo importante, el engrandecimiento moral y la fama que jamás habrá de conseguirse por el dinero; la gloria, en definitiva. No confundan lo anterior con una suerte de Oligarquía o Tiranía del hombre excelente y brillante que llega a gobernar.

El ideal es y tiene que ser el siguiente: que sus señorías no anden tan apresurados a la hora de salir de pequeñas vacaciones. Pues tienen un trabajo con cuarenta millones de jefes –Felipe dixit- en el que tienen que desvivirse (y me consta que muchos lo hacen), si bien a los medios trascienden determinadas actitudes o frases que en nada les hace un favor.

Sentado en este banco observo que ojalá y todos fueran como aquellos 56 firmantes de Filadelfia que llegaron a escribir el mayor canto a la libertad escrito que existe, `Y para mayor fortalecimiento de esta declaración, confiados a la protección de la providencia divina, empeñamos unos a otros nuestra vida, nuestra fortuna y nuestro sagrado honor´, reza en su última frase. Y llego a la conclusión de que la ciudadanía lo tiene más fácil, pues somos los que tenemos que hacer pedagogía con nuestros gobernantes; díganles qué quieren, no les digan que se inventen lo que quieren ustedes. Recuérdenles que están ahí para hacer historia día a día, para procurar su propia honra y la gloria para sí y los ciudadanos que les eligieron. Que la soberanía de la que les hemos investido les honra y les hace hombres y mujeres para el Honor y no para salir corriendo en cuanto hay algo de tiempo libre, pues sólo hay dos cosas que no ocupan tiempo: el Saber y el Estado.


viernes, 15 de noviembre de 2013

EL SALARIO SOCIAL

DIEGO BERMÚDEZ



Todos los gobiernos mueren por la exageración de su principio” – Aristóteles


Esta semana el vicepresidente de la Junta de Andalucía anunciaba la creación de un “salario social” con el que se pretende evitar el desabastecimiento de agua y energía eléctrica entre los sectores que más están sufriendo la crisis. La medida en cuestión se destina a aquellos ciudadanos sin rentas o con ingresos inferiores al 62% del salario mínimo interprofesional (establecido en 400 euros). Sin duda, una medida muy acorde a los principios de este gobierno.

Por otra parte, Valderas planteó la posibilidad de crear un nuevo impuesto para financiar este salario social. En un calibrado eufemismo afirmó, se estudia “abrir un espacio a la fiscalidad”. Así queda hasta bonito y todo. Dan ganas de crear impuestos. Perdón, dan ganas de “abrir espacios a la fiscalidad”. Que lo abran, que lo abran. Será por impuestos.

Diego Valderas, vicepresidente de la Junta de Andalucía (Fuente: ABC).


Los que me conocen pensarán que estoy totalmente en contra de un plan como el que se plantea. Que el Estado pague facturas a los ciudadanos puede sonar a barbaridad o a bondad según la perspectiva desde la que se enfoque el problema. En mi opinión, sí que creo que el Estado tiene que estar en situaciones de extrema y urgente necesidad. Y esta situación, qué duda cabe, es muy complicada. Cualquiera es consciente del riesgo de exclusión que tiene una familia que ya de por sí lo está pasando mal como para que le corten la luz y el agua por impago.

Ahora bien, no confundamos la extrema y urgente necesidad actual con un plan para pagar el agua y la luz que se prolongue en el tiempo. Me explico. Al igual que el fin principal es echar un cable –nunca mejor dicho- a aquellos que por las características que ya se conocen no pueden afrontar estos pagos, el propio plan debe contener la semilla de su eliminación. La legislación que se plantee al respecto ha de ser clara, directa, concisa y sin medias tintas.

Tiene que haber propuestas bien definidas que incentiven a los ciudadanos a dejar de cobrar la ayuda tan pronto como sea posible. No hay que perpetuar la ayuda. De lo contrario estaríamos convirtiéndola en mero asistencialismo. Asistencialismo el cual, por cierto, conocemos bastante bien en Andalucía. Con esto me refiero al famoso PER y sucedáneos o a las ayudas europeas a la PAC. Ni uno ni otro se ha de permitir.

Porque lo que se ha conseguido por desgracia en estos casos ya probados es desincentivar tanto a jornaleros como agricultores a ser más dinámicos y a que luchen por sí mismos, sus familias y sus empresas. Perpetuar ayudas lo único que lleva es a mantener personas y en definitiva recursos dependientes del dinero público. Estos recursos, por el contrario, pueden ser empleados en actividades privadas mucho más productivas y sin impacto en los presupuestos públicos. Hablamos de empresas competitivas que desarrollen productos punteros y con proyección internacional –como ya los hay en Andalucía-. Y las empresas, para ello, necesitan del factor trabajo. Además, hay algo aún más grave que facilita el asistencialismo y es que facilita el fraude y la corrupción tanto de los que manejan el dinero como de los que lo reciben. A los hechos me remito.

Sin embargo, algo me dice que desconfíe. Ya argumentarán los actuales gobernantes “que esto no supone un gasto excesivo en los presupuestos, pues son sólo 20 millones”. Argumentarán que luchan por las clases medias que están desapareciendo por culpa de las medidas de Madrid –como si aquí no hubiese gobernado nadie durante 30 años, como dijo Jaime Fernández-Mijares-. Puede sonar a tontería, pero me da miedo el apellido que le han puesto a este salario: “social”. Son etiquetas que gustan a nuestros políticos para gastar el dinero que no tenemos, endeudarnos más y echar la culpa a otros –Rajoy, Merkel o los mercados-.

En definitiva, se trata de una buena medida para ayudar a los más necesitados en situaciones como la actual. A los economistas nos gusta responder con acciones de largo plazo (véanse las famosas “reformas estructurales”). Pero hay situaciones específicas que requieren del corto plazo. Ahora bien, las decisiones en materia de política económica tienen efectos secundarios que hay que tener en cuenta. Y, como no se actúe en consecuencia, me temo que el paso de la cultura de la subvención a la cultura de los incentivos que promulga el nuevo consejero de Economía de la Junta se quedará en mera palabrería.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Entrevista con Emelina Fernández, presidenta del Consejo Audiovisual Andaluz

PABLO JOSÉ MARTÍNEZ



«Ni este Gobierno, ni el que venga, 

va a prescindir de los medios públicos»



Doctora en Ciencias de la Comunicación, Profesora de la Universidad de Málaga, exsenadora socialista y miembro del primer Consejo de Administración de la RTVA, además de orgullosa presidenta del Consejo Audiovisual de Andalucía desde 2011.

Emelina Fernández defiende el carácter técnico y supervisor de su institución, y trata de evitar (a veces sin éxito) las apreciaciones personales sobre el difícil sector audiovisual de Andalucía, del que es gran conocedora. Con el papel de los medios autonómicos más cuestionado que nunca, hablamos de asuntos como el cierre de Canal Nou en Valencia, el tratamiento informativo de Canal Sur, o la participación de los menores en televisión.


Emelina Fernández, en su despacho del CAA.


En Andalucía tendemos a ser especialmente susceptibles con la imagen que los medios nacionales difunden de nosotros, pero ¿se puede afirmar que los medios andaluces no fomentan esas etiquetas que pretendemos quitarnos?

Poder decir que el cien por cien de los medios de comunicación en Andalucía proyectan una imagen absolutamente correcta de lo que es Andalucía sería un poco aventurado... Lo que yo puedo decirle es que, sobre todo en los medios de comunicación públicos, esa información de proximidad es muy aceptada y muy requerida por la ciudadanía.

¿Por qué no terminan de cuajar las ofertas televisivas alternativas a la pública en Andalucía? ¿Por qué no disponemos de más elección?

Porque la implantación de la TDT ha coincidido con el inicio de una crisis de consecuencias muy fuertes e imprevistas, que han hecho inviables esos proyectos de comunicación. Como usted sabe, lo que han bajado de una manera alarmante son los ingresos por publicidad. Al no haber publicidad, no sólo no están emergiendo nuevos medios, sino que los medios que tenían previsto empezar a operar no han podido hacerlo. A pesar de todo esto, recientemente se han iniciado algunas cabeceras, tanto local -como en Málaga- y una con cierta voluntad regional, como 8TV. Hay “aventuras” empresariales para intentar cubrir ese vacío que existe.

Según datos vuestros, en 2011, la parrilla de Metropolitan Andalucía se basaba, en un 40%, en programas de esoterismo y paraciencias, frente a un 11% de información; y lo mismo pasa en muchas frecuencias de FM andaluzas ¿se deben permitir estas prácticas, que están prohibidas por ley y por las bases concursales? ¿Veremos al Gobierno andaluz actuar en ese sentido?

Sí, sí. De hecho, desde el Consejo Audiovisual lo estamos haciendo con contundencia. La legislación prohíbe este tipo de programas en horario protegido, y todos los incumplimientos de la ley en este aspecto han sido denunciados, expedientados y multados. Somos absolutamente contundentes porque la ley es muy clara.

Es el caso de Metropolitan, por ejemplo, la cadena que se presentó como alternativa privada a Canal Sur...

Sí, y de otras muchas. Además, cuando hemos visto que lo hace un operador de ámbito nacional, hemos instado al ministerio responsable a que ellos también abran expediente, lo han hecho, y han multado también.

¿Está garantizada la independencia entre las actividades del Consejo Audiovisual y el Gobierno Andaluz?

Nosotros no dependemos de la Junta, somos un órgano independiente, nombrado por el Parlamento, por un tiempo, y con unas incompatibilidades. Como todos los organismos de Europa, se cubre con unos presupuestos generales de la Comunidad. El Defensor del Pueblo, por ejemplo, también se financia con la Junta, pero eso no quiere decir que haya dependencia. Una vez que nos dicen “vuestro presupuesto es x”, nosotros tenemos absoluta independencia.

No parece el mejor ejemplo el Defensor del Pueblo; la persona que ocupaba ese puesto hasta hace unos meses acusó a PP y PSOE de cortarle la cabeza...

Nuestra independencia se garantiza por dos razones: la primera por la profesionalidad de sus componentes. Yo soy profesora de la Universidad de Málaga, mi futuro lógicamente será volver allí. Los demás también son periodistas, profesores universitarios... Por otra parte, la obligación legal que tenemos frente a unas normas que decidimos cumplir libremente; yo estoy aquí por que me lo han ofrecido. Además, los mandatos son muy concretos, y después dedíquese usted a su profesión... El máximo son dos mandatos de cinco años cada uno. Aquí no se puede perpetuar uno de por vida, aquí haces un trabajo del que además depende tu futuro profesional. Yo estoy muy orgullosa del trabajo que se está haciendo aquí, y de la aportación, tanto teórica como práctica.

En cualquier caso, también le digo que la independencia absoluta no existe. Independencia ¿con respecto a qué? Nosotros, al igual que el Defensor del Pueblo, también hemos sido elegidos por la unanimidad de todos los grupos parlamentarios. Vamos a dejarlo en que es el menos malo de los sistemas. Es exactamente igual al resto de Europa.

¿Qué porcentaje o volumen de quejas y sugerencias de las que se reciben en vuestra Oficina de Defensa de la Audiencia está relacionado con supuestos dejes de manipulación en la información?

En lo que va de año, tenemos 31 quejas por falta de pluralismo, de neutralidad...

Una entrevista al presidente Zapatero donde se obvió el paro en Andalucía; meses -o podríamos decir años- de silencio ante el escándalo de los ERE... Las quejas en ese sentido se han repetido siempre desde diferentes partidos políticos, periódicos... ¿actúa con contundencia el Consejo a la hora de demandar unos servicios informativos públicos realmente plurales y útiles?

Muchas veces, aunque no recuerdo exactamente el porcentaje de las quejas que son estimadas o desestimadas, pero hacemos cada trimestre un informe de pluralismo. El del año 2012, ya se ha presentado en el Parlamento.

Se producen especialmente en Cádiz, Fuengirola y Motril. Fuengirola es la gran mancha negra de este informe año tras año, y siempre le hacemos serias advertencias. Es una televisión pública que le da a la oposición un 1,7% del tiempo de palabra.

Hace unas horas, hemos conocido que el PSOE ha solicitado que TVE estudie si el polémico programa Entre todos, que casualmente nació en la tele pública andaluza, infringe la ley del menor. ¿Qué opinión le merece el espacio de Toñi Moreno?

Yo procuro siempre huir de mis opiniones personales... Son programas que, aunque pretenden hablar de solidaridad, me recuerdan a programas de hace más años, donde lo que realmente subyacía era la caridad... Moverse entre la caridad y la solidaridad es un terreno díficil de evaluar. Yo no sé si incumple la Ley del Menor, tendrá que decirlo quién sea responsable, pero hemos tenido [en el Consejo] alguna discusión con programas de este tipo, donde hay niños, sobre dónde están los límites. A mí personalmente no me gusta, pero eso no tiene ninguna trascendencia ni jurídica, ni desde otro punto de vista. Yo estoy muy interesada en ese estudio, será una cuestión interesante de analizar.

¿Recuerda alguna queja en el Consejo por este programa?

No, creo que no.

Muchas productoras han acusado a Canal Sur y su programación de dar la puntilla a todo sector audiovisual andaluz, y de mantener tratos de favor muy desproporcionados con otras empresas “amigas”, o afines al PSOE...

Esa pregunta se la tendría usted que hacer a Canal Sur, que para nosotros es un operador que está bajo nuestra supervisión. Yo he recibido a los representantes del sector audiovisual y sé que están pasando por unos momentos muy difíciles, que se están destruyendo puestos de trabajo y que se están cerrando empresas.

Pero vosotros conocéis mejor que nadie el panorama audiovisual andaluz...

Pero no es cosa del Consejo.

Si preguntásemos a un directivo de Antena 3 o Telecinco, nos dirían que sí ¿Está sobredimensionada la plantilla de Canal Sur?

Me lo preguntaron el otro día a raíz del cierre de la televisión autonómica valenciana, y dije que estaba absolutamente en contra de ese cierre y que me parecía más que lamentable. Pero nosotros no entramos a valorar si hay 100 personas o 1000 trabajando.

Con el panorama que se dibuja para las corporaciones de radiotelevisión autonómicas ¿corre peligro la RTVA?

Sinceramente, creo que no. Yo tuve el honor de formar parte del primer consejo de administración de la RTVA hace 25 años. En 25 años, con sus carencias, con sus errores, ha cumplido un papel social indudable en Andalucía. Se han creado facultades de Comunicación en Sevilla y en Málaga, se creado una industria audiovisual, en los últimos Goya fueron premiadas muchas películas andaluzas, hay centros de producción en cada capital andaluza...

En las televisiones privadas y generalistas, muchas veces se da sólo una imagen de atraso social y folklore, perpetuando unos estereotipos. Antes de que existiera Canal Sur, ¿qué información se daba de Andalucía? Todo se puede hacer mejor, es lógico, pero es difícil que se plantee un gobierno en Andalucía -éste o el que venga- dejar de tener unos medios de comunicación propios.

Con eso que dice del folklore y los estereotipos, volvemos a la primera pregunta... ¿No se propician muchas veces desde nuestros medios públicos?

Es una parte, pero no es el todo. Somos una sociedad muy amplia de gustos muy amplios. Una cosa es reflejar una realidad, y otra es reflejar sólo una parte de esa realidad.

También se puede hacer copla sin bata de cola ni peineta...

Eso ya son gustos. A mí me gustaría que hubiese ópera, pero ¿a cuánta gente le gusta la ópera en televisión? O el flamenco, o los toros -nos dicen barbaridades por emitir toros-. La sociedad es muy compleja.

Hace un año, el entonces director general de la RTVA, Pablo Carrasco, echaba el cierre a Canal Sur 2, la hermana alternativa y cultureta de Canal Sur, alegando razones económicas. Sin embargo, se sigue manteniendo la frecuencia, con el coste que ello conlleva, ¿No podría haberse mantenido, por ejemplo, con los documentales y derechos que ya estaban adquiridos?

El cierre de Canal Sur 2 en ningún caso es una buena noticia. La decisión de emitir toda la programación de Canal Sur 1 en Canal Sur 2 accesible a personas con discapacidad es muy acertada, porque es la televisión europea con mayor porcentaje (100%) accesible. Sí que es verdad que nos gustaría que La 1 [Canal Sur 1] tuviese más programación cultural y para menores, que respondiese al contrato programa firmado con la Consejería de Presidencia.

Pero existían programas en la despensa, o de coste ínfimo, si lo comparamos con La Tarde de Juan y Medio, por ejemplo. Además, la tecnología a día de hoy permite esa accesibilidad para discapacitados de otras muchas formas.

Sí, muy posiblemente, si yo hubiese estado ahí, también hubiese tomado otras decisiones, pero hay que estar ahí en ese momento. La gestión de una parrilla y sus costes se puede llevar de muchas formas.

UN PASADO COMO REFERENTE DEL FUTURO

SERGIO HARILLO 


Tartessos, fenicios, íberos, romanos… Andalucía puede presumir de haber acogido desde hace más de dos mil años a grandes civilizaciones que se desarrollaron y prosperaron gracias a los recursos que ofrecía esta tierra.

Las riquezas del suelo andaluz llamaron la atención de los grandes historiadores de la Antigüedad, como Heródoto, que no dudaron en situar en el sur de la Península Ibérica, allí donde Hércules había establecido el fin del Mediterráneo, una tierra mítica donde brotaban el oro y la plata. De tierra andaluza surgieron los emperadores Trajano y Adriano, que lograron el máximo esplendor de Roma. En Andalucía se aportó luz a una época considerada oscura con las Etimologías de San Isidoro o la cultura islámica, que alcanzó cotas de desarrollo que eran la envidia de Europa con personajes de la talla de Averroes, Abderramán III, Almutamid o Maimónides.

La Alhambra desde el mirador de san Nicolás (Granada).


Desde Andalucía partieron las naves capitaneadas por Cristóbal Colón, cuyas expediciones situaron en el mapa, para los europeos, el continente americano; y aquí se inició la expedición de Magallanes y Elcano -la primera en darle la vuelta al mundo-, una gesta heroica de trascendencia vital para la Historia de la Humanidad.

Más recientes en el tiempo son grandes personalidades de las artes, la ciencia y la cultura, como los pintores Velázquez, Murillo o Picasso, escultores como Martínez Montañés o Alonso Cano, escritores como Fernando de Herrera, Lorca, Miguel Hernández o el Premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre, científicos como Benito Daza, Celestino Mutis o Manuel Losada Villasante o cineastas, una industria que está viviendo una época de gran relevancia en la actualidad con reconocimientos internacionales a nuestro cine.


Todo este legado, todo este centro cultural, deberían ser el orgullo de Andalucía, un referente en el que inspirarse y un espejo donde mirarnos para no olvidar que este pequeño trozo del planeta siempre ha sido cuna de talento y oportunidades. Nuestro pasado y nuestra historia son el mejor ejemplo de lo que podemos aportar al mundo. No nos dejemos amedrentar por tópicos y medias verdades, ha llegado el momento de levantar la cabeza y afrontar el futuro con ilusión y esperanza. Otra realidad es posible, el escenario ya lo tenemos, es el mismo que pisaron Trajano, Alfonso X el Sabio, los diputados de las Cortes de Cádiz o los ciudadanos que aprobaron  la autonomía un 28 de febrero de 1980. Ahora es nuestro turno y luchar por una Andalucía próspera que vuelva a asombrar al mundo a través de su Cultura con mayúscula.

domingo, 10 de noviembre de 2013

MATAR AL PERSONAJE

JAIME FERNÁNDEZ-MIJARES


Uno de los momentos más emocionantes de la vida de este humilde servidor fue estar presente en el Teatro Campoamor el pasado 25 de octubre y ver a Antonio Muñoz Molina recoger su premio Príncipe de Asturias de las Letras. Si echamos la vista a la portada de uno de sus últimos libros –y por ende mi favorito de dicho escritor- ,La noche de los tiempos, encontramos un personaje sin rostro, un hombre despersonalizado, una cabeza que bien puede ser la de cualquiera de nosotros.

El personaje reposa sobre el faro derecho de un coche de época oscuro con un cigarro encendido. Una fachada oscura y triste que espera algo o a alguien, con un avión que puede representar muchas cosas. Les ahorraré contarles el argumento del libro, pues para eso están ustedes, para descubrir una magnífica obra como esta que menciono. Este triste personaje con sus mejores fúnebres galas espera, taciturno y serio , si bien –como dije antes- no tiene ojos, ni boca, solo orejas.

Y aquí nos encontramos, en ese coche de época, apoyados, pensando –quién sabe- qué pasará mañana o uno de estos días; ¿pensando si despertaremos? Hagan sus apuestas a qué pensamos los andaluces. Lo que es triste y fúnebre es que cada 28 de Febrero haya una manifestación pidiendo exactamente lo mismo que hace treinta años: empleo. Como si aquí no se hubiera pedido eso precisamente hace treinta años.

El andaluz, tiene la cara y la facha de ese personaje arriba descrito, el andaluz es ese personaje que espera no se sabe ya que. Un hombre y una mujer cansado, hastiado de escuchar siempre lo mismo: ``Hemos hecho de Andalucía una tierra maravillosa y super-industrializada que es guía de Europa´´, me llegó a afirmar de forma brillantemente vehemente un gerifalte de esto que llaman últimamente ``gobierno andaluz de la mayoría social´´.

El andaluz currito de a pie mira al frente, se levanta cada día a las seis de la mañana y parte su espinazo por poner un plato en la mesa de su casa y vive indignado al escuchar noticias en prensa, radio y televisión sobre lo que corrompe a los hombres que se convirtieron un día en lobos de poder y dejaron de ser hombres de luz que a los hombres almas de hombres les dieron.

Escuchamos siempre lo mismo, ``somos honrados´´, ``creamos empleo y somos brillantes´´, ``esta tierra es lo que es, gracias a nosotros´´, ``tenga fe en nosotros´´. Como hombres y mujeres justos, cualquiera con mínima idea, sabe que los políticos no crean empleo, cualquiera sabe que esta tierra es lo que es gracias a NOSOTROS, cualquiera con una mínima idea sobre el ser humano, llega a la brillante conclusión de que el hombre solo debe y tiene que tener fe en sí mismo, en su capacidad para realizarse y confianza en la buena fe de las personas a la hora de proceder.

El caballero sin semblante y de triste figura nos observa sin mirar, convencido de lo que ya es y convencido de lo que no somos. El caballero de la fúnebre gala está convencido de que la solución a esta crisis somos nosotros mismos. Si bien, ese señor se siente plenamente convencido de que hay dos tipos de hombres: el hombre que el político andaluz crea. Y el hombre que realmente existe. Una suerte de Platonismo actual que nadie alcanza entender y que debería indignar a cualquiera.

El hombre que el político señorito de San Telmo ha creado es un hombre que es feliz porque tiene trabajo, no le falta el dinero y está convencido de que en Andalucía eso del paro no existe, porque el caballero del buen carruaje de San Telmo le convenció de que Andalucía es lo mejor, la Finlandia de España, donde no hace falta que alguien sepa que aquí se paga el Impuesto de Sucesiones y Donaciones más alto de España, amén de ser una de las comunidades que más caros impuestos paga, pero al personaje Andaluz que crearon los señoritos de los brillantes carruajes de San Telmo le dicen que la culpa de eso la tiene Madrid.

El hombre real andaluz, tiene clara la idea de partirse cada mañana los dientes en la calle en su trabajo, tiene clara la idea de brillar y ser el mejor, luchando por trabajar en lo que ama, pues bienaventurados aquellos que trabajen y mas dichosos aquellos que tiene la fortuna de dar la vida en la profesión que aman y para la que se han preparado durante su vida. Ese andaluz, el único que existe, quiere ser excelente, como cualquier persona y tiene claro donde vive y cada cuatro años escucha aquello de ``hemos hecho de esta tierra lo mejor´´, a lo que el andaluz ,cansado de trabajar e indignado por ver la avaricia de quienes cobran por aplaudir y gritar unos pocos días al mes, responde para sí ``lo mejor, si llevamos treinta años igual y estos siguen diciendo que es lo mejor que tenemos!´´.

Llega un día en que el hombre hecho a sí mismo, se encuentra con la dura realidad. Un baranda de partido le viene a decir que si, que muy bien, que usted ha brillado, ha luchado por sacar a su familia adelante, tiene un negocio – o no- o es profesional liberal que tiene su dinero por partirse la cara en su trabajo, pero -ese dinero lo tiene usted porque ganó mucho sin necesidad, considero que usted es clase alta, así que yo le cobro mas impuestos porque en esta tierra hay mucha necesidad. 

–¿Pero esta tierra no era lo mejor gracias a ustedes? 
–No, hombre no, esta tierra es lo mejor solo de viernes a sábado, que es cuando puede usted venir a nuestros mítines, de lunes a viernes aprenda usted la lección: la culpa de todo es de Madrid y en Andalucía hay mucha necesidad porque aquí durante treinta años gobernó... bueno, que no me líe, hombre. Hágame usted caso, que Andalucía es lo mejor porque a nuestros niños les damos su pan con aceite y azúcar cuando se acerca el 28 de Febrero.

Así es el Homo Santelmus, el hombre que crea un individuo a su medida y que no existe y vuelve la cara a la realidad: un cuento bien descrito de Dickens. Y el hombre real llega un día en que se cruza con el personaje sin semblante de la portada del libro que antes mencionaba y tienen un diálogo interior. Ese hombre sin rostro mira cara a cara al hombre real y se ríen del personaje que otros crearon y que no existe. Llegan a la conclusión de que viven, y lloran, porque no son el personaje que otros crean y que es el hombre que no necesita nada más, porque los políticos andaluces ``se lo dieron todo´´ y no dieron nada.

Ese individuo despersonalizado y el andaluz normal se funden en un abrazo y matan así a ese personaje que ni vive -porque otros viven a costa de él- ni muere -porque es quimera de los señoritos que PERviven- (Gragera dixit-) y aseguran así su poltrona.

La clave, al fin y al cabo, es que la solución no está en las urnas, está en nosotros, el individuo. El logro individual, el triunfo personal compartiendo esa gloria con los demás hace cada logro más grande y sirve de acicate a los demás para brillar. Seamos pues lo que escribía el poeta, varones plenos, triunfadores del mundo y de nosotros mismos que al borde, un día y otro, del abismo, sabemos asomarnos impávidos y serenos. Lo que esta tierra es, y será, está en nuestras manos. Aquellos señores de carruaje oficial no son los que imparten clases en la universidad, no son los brillantes abogados, no son los procuradores que pisan con decisión los pasillos de los Juzgados, no son ese policía o ese padre de familia que estira sus 426 euros para que sus hijos no sufran necesidades.


La clave está en sus mercedes, en sus ganas. Y para mayor fortalecimiento de sus actos, tengan fe en ustedes mismos, y encomiéndense a su capacidad, empeñando siempre su vida y su sagrado honor para llegar a tocar el cielo azul que justo antes de amanecer es el momento más oscuro de la noche. Una noche que dura ya treinta años. La clave sois vosotros, levántense, despierten, pues la verdad está en el suelo y el triunfo depende de vosotros, los andaluces reales, no el personaje que crearon en San Telmo y que no existe. 

En definitiva, el andaluz de a pie debe hacer como el título del libro, de Ángela Rodicio, que da título a este artículo "Matar al personaje" -porque no existe-.