PILAR LARRONDO
Fernando Álvarez-Ossorio (@FAlvarezOssorio) es
profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, político,
andalucista, investigador y experto en materia de Derechos Fundamentales.
“Yo me conformo con que
Andalucía tenga voz y forme parte de las voces que hay en el Estado español y
en Europa y, con Europa, en el mundo”.
Fernando Álvarez-Ossorio, nuestro entrevistado |
PL. Profesor
elogiado y piropeado en la facultad, sus alumnos comentan que además de
enseñar, los invita a pensar. Y traigo a colación una frase suya: “quien no ha
pensado por sí mismo tiene muchas dificultades para poner en marcha la
maquinaria de la inteligencia”
FAO. Es que no creo que la Universidad pueda ser otra
cosa. A veces caigo en la trampa y al final exijo a los alumnos que reproduzcan
aquello que les digo en los exámenes, cuando desde la Universidad deberíamos
medir, precisamente, que el alumno fuese distinto, porque nosotros somos
distintos. Es decir, que el alumno se enfrentara a resolver problemas desde su
propio conocimiento, con las herramientas y posibilidad de búsqueda que uno ha
sabido. Un problema actual es la parcelación del saber. Me encuentro con gente
muy preparada que saben de algo muy específico, pero solamente eso. La
universidad tiene que ser la recuperación de cierto humanismo, siendo algo muy
importante y que no se nos puede olvidar nunca. Somos la élite de la sociedad,
pero no como un privilegio, sino como una carga. Tenemos que ser personas,
desde la universidad, con una visión distinta o por lo menos lo más amplia
posible de la sociedad.
PL. Si
le hablo de Carrillo Salcedo, Cruz Villalón y Pablo Ollero
FAO. Juan Antonio
Carrillo Salcedo ha sido un profesor íntegro y la persona que a varias
generaciones de juristas nos metió en un campo tan hermoso como el del Derecho
Internacional Público y el de los Derechos Humanos. De él destaco la
integridad. Fue una persona capaz de decirle a un presidente de EEUU, ‘el
problema lo tienen ustedes, no los latinoamericanos’ y renunció a lo que le
estaban ofreciendo por integridad. Pedro Cruz Villalón, es el Derecho
Constitucional vivo. Es un universitario por excelencia y creo que si se habla
de Constitución hoy en España hay que hablar de él, y por desgracia, creo que
se le ha escuchado poco. Su labor siempre ha sido callada y silenciosa, pero
importantísima en los que respecta a la transmisión de cultura constitucional y
democrática. Y Pablo Ollero es amigo y mentor. Él me dio en la universidad la
posibilidad de ver las cosas de otra forma… y ahí seguimos. Si con los otros
dos siempre hay un salto cualitativo, con Pablo hay toda una relación de
constante debate; Pablo no te deja estar tranquilo nunca, siempre pone los
puntos sobre las íes.
PL. Viviendo
la universidad desde dentro, como docente, ¿cómo es realmente su
funcionamiento, qué hay detrás de lo que no se ve?
FAO. Funcionamos mal porque no somos valientes. Estamos
en una situación en la que la crisis nos ha vuelto conservadores y muy
gremialistas. Algo está fallando, porque no nos estamos dando el margen para
adaptarnos a los nuevos tiempos. Los nuevos tiempos exigen un nuevo tipo de
profesor y un nuevo tipo de alumno que, en cualquier caso, exigirá un esfuerzo
por parte de los dos extraordinario. Estamos cumpliendo una muy mala labor
pública y social si aquí a lo que nos dedicamos es a ir superando asignaturas
con unos contenidos cada vez más reducidos. Debemos ser conscientes de dónde
estamos y alcanzar un mejor y más amplio conocimiento para ser capaces de
contribuir a una sociedad que está demandando orientarse en una situación muy
compleja.
PL. Me
consta que la Universidad de Sevilla no está predispuesta a recibir críticas
¿Cree que es una institución criticable y mejorable?
FAO. ¿La universidad someterse a críticas? A todas.
Critiques a la institución que critiques se va a molestar, es normal que haya
reacción porque lo que está en juego es el prestigio. Lo que no se puede hacer
es incurrir en la crítica fácil o la crítica destructiva. Es decir, estamos
obligados como sociedad a saber apreciar lo que tenemos. Si constantemente lo
que lanzamos a la sociedad son mensajes negativos, la sociedad acaba creyendo
que todo está mal. Yo me niego a pensar que vivimos en una universidad en la
que todo sea malo. La universidad tiene muchos valores y grandes cabezas que
fuera hubiesen hecho muchísimo dinero, hubiesen triunfado y, sin embargo,
decidieron vivir de lo público. Tenemos que valorar el potencial que tenemos y
tener en cuenta la crítica, porque siempre somos susceptibles de mejorar.
PL. Recientemente
un acontecimiento ha deslucido a la facultad de derecho. El actual Decano,
Alfonso Castro, suspendió un acto organizado Santiago Abascal, fundador del
partido Vox, tachándolo de un acto político. Si derecho y política van de la
mano y la facultad de derecho es una institución en la que se habla de
política, ¿a qué cree que se debe esta cancelación?
FAO. A un miedo absurdo. Claro que la política tiene que
entrar en la universidad, el conocimiento no es ajeno a lo que ocurre en la
sociedad y la sociedad es sociedad política. El derecho intenta regular la vida
y haciéndolo incurre en la política. Lo importante es que haya diálogo y ver
qué opiniones existen. Tal vez deba haber unos límites constitucionales, porque
hay aspectos que cualquier conciencia democrática rechazaría, pero esto es
delicado, ya que se estaría incurriendo en censura. Yo personalmente sería
absolutamente permeable a que se hable en la universidad de todo y, cuanto más,
mejor.
PL. Hablando
de política, su trayectoria política abarca desde presentarse al Parlamento
Andaluz en 2004, a encabezar la lista por Sevilla en las últimas elecciones al
Congreso, ¿qué balance hace de su incursión en la política?
FAO. Personalmente ha sido una gran experiencia. El grupo
humano que me acompañó fue extraordinario, pero luchábamos contra titanes. Fue
una forma de darme cuenta que este mercado electoral está hecho para los
grandes y los pequeños no tienen nada que hacer, salvo que un día alguien te dé
la mano para subir. Hay una ley electoral que está hecha para favorecer una
determinada anatomía política. Pero tampoco debe cambiar todo, porque un
parlamento excesivamente plural me espanta. Los sistemas electorales están
diseñados precisamente para tener una garantía mínima de pluralismo político,
pero al mismo tiempo una garantía de gobernabilidad.
PL. Su
trayectoria política ha estado vinculada al andalucismo y ha llegado a afirmar
que no es nacionalista andaluz, sino racionalista andaluz.
FAO. Y me lo creo y lo mantengo. Yo no creo en el
nacionalismo y no me interesa para nada. Yo me conformo con que Andalucía tenga
voz y forme parte de las voces que hay en el Estado español y en Europa y, con
Europa, en el mundo. El problema de Andalucía es que siempre se diluye en lo
español y acaba por no tener voz propia, algo que incluso a España le vendría
bien. Desde el PA siempre se ha mantenido ese discurso, discurso que terminan
plagiando los grandes partidos hasta que alcanzan el poder en Madrid. Andalucía
siempre ha sido una tierra olvidada por el centralismo y, además, el pánico que
a mí me da es que, después de treinta años de autonomía, la gente piense que
eso no sirve para nada.
PL. Con
respecto al PA, ha sido un partido con una pequeña relevancia, haciendo
incursión en el Gobierno y teniendo alcaldías importantes, como la de Sevilla
con Rojas Marcos, ahora parece vivir un momento de declive, ¿a qué cree que es
debido? (Además de al bipartidismo)
FAO. Hablar del PA, por desgracia, es hablar de esto, del
todo al nada. Tiene dos explicaciones fáciles. El PA es un partido que no ha
sabido crecer y que se ha disputado el poder interno permanentemente, pero sin
abrir ese poder a la sociedad, con lo cual se ha matado desde dentro. Es un
partido mal gestionado del que me siento un damnificado. Yo quise entrar con
Pablo Ollero y no nos dejaron. Tiene que haber gente deseosa de entrar y sangre
nueva. También, al declararse un partido nacionalista, se encontró con
nacionalismos que el andaluz no entiende. El nacionalismo del norte, en cierta
forma, ha matado al nacionalismo distinto del sur. El andaluz se siente muy
cómodo, se siente español, europeo y hasta africano.
PL. Teóricamente
el PA tendría que ser quien apostara por ese andalucismo, pero no lo hace,
mientras tanto, el PSOE se autoproclama abanderado de ese andalucismo, ¿quién
lleva la bandera del andalucismo entonces?
FAO. El PSOE es un partido de gobierno de España. Siempre
utiliza Andalucía para llegar a Madrid. Un ejemplo de ello es que ya se habla
de Susana Díaz como futura candidata a gobernar Madrid. Esto es un trampolín.
Ahora mismo, la política de resistencia por parte de la Junta es, hasta cierto
punto, muy fácil, porque es decir que Madrid es culpable. Pero Madrid tiene el
poder, y aquí puedes manejarte mínimamente. Vivimos en una autonomía de muy
baja calidad en la que tenemos unos políticos que no tienen los recursos
económicos ni la posibilidad de implementar esos recursos, ni marcar la
diferencia dentro del territorio.
Estamos discutiendo la bandera de España hoy,
difícilmente se va a poder agarrar la de Andalucía para defenderla
PL. Según
le he leído, afirma que sustituir una mayoría por otra no es bueno para
Andalucía, ¿una coalición sí?
FAO. Lo diré abiertamente, el PP es el partido más malo
que he visto en mucho tiempo. No ha sabido cuidar a nadie, ni a sí mismo, ni lo
que tenía alrededor. La política, hace extraños compañeros de cama, y tú no
puedes plantearte la política como una cuestión de enemigos, sino como una
realidad social. Hay diferentes pensamientos e ideologías, pero no puedes
pretender apartarlos o quitarlos de en medio, porque un día te pueden hacer
falta. Lo mismo le ocurre al PSOE, lo que pasa que este tiene más amigos en el
juego. Nadie ha sabido cuidar la situación, ofreciendo un pluralismo, porque a
lo que nos enfrentamos es a cuarenta años de un mismo partido gobernando y,
objetivamente, no es bueno, sea el partido que sea.
PL. En
el caso andaluz, el PSOE se ve obligado a gobernar atendiendo a peticiones de
IU ¿quién gobierna en realidad?
FAO. Gobierna el PSOE, con la muletilla de IU. La Junta
tiene el margen que tiene para hacer políticas diferenciadas, sólo hay que
observar que cada vez que hace algo termina llegando al Tribunal Constitucional
y, encima, se lo suspenden. IU tiene un problema de discurso en realidad,
porque no se sabe qué tipo de sociedad quiere ofrecer al final. Si quieren dar
un paso más delante de lo que ofrece el centro izquierda, es necesario que
muestren todas sus cartas. Ahora bien, Susana Díaz se ‘ha comido’ a Antonio Maíllo.
PL. ¿Apuesta
realmente el Gobierno Andaluz por Andalucía o simplemente es un acoso y derribo
al Gobierno Central?
FAO. Para eso está la autonomía y no consiste en acoso y
derribo. Es que, si en esta tierra, en la que tenemos autonomía, queremos hacer
políticas diferenciadas, tenemos que ir hacia adelante. Desde una autonomía con
un nivel de competencias, el que gobierna tiene la obligación de hacer las
políticas que crea, con independencia de lo que quieran en Madrid.
Sinceramente, también creo que es al revés, que es Madrid el que no resiste a
que aquí pueda haber políticas diferentes. Como andaluz quiero que el gobierno
andaluz y el español ejerzan sus competencias entiendo que ambas deben estar
muy bien delimitadas, como así lo dicen la Constitución y el Estatuto de
Autonomía, para que no anden pisándose el uno al otro.
PL. Centrándonos
en el Gobierno Andaluz, antes de llegar a la presidencia, Susana Díaz fue
bastante cuestionada y recibió muchos palos, ¿ha sorprendido su hacer?
FAO. Ha demostrado que para ser político y saber dirigir
no hace pasar por la universidad. Es una mujer muy astuta. Ha sabido ser una
mujer de partido y no va a permitir que nadie que esté contaminado por los ERE
esté a su lado y el radio lo ha puesto muy grande. De todas formas, a Susana
Díaz hay que darle algo de más tiempo y el PP como no espabile, Susana les gana
las elecciones, estas y las siguientes.
PL. Un
‘dedazo’ en el PSOE andaluz bastante criticado por parte del PP y ahora otro
‘dedazo’ con Moreno Bonilla por parte del PP…
FAO. A mí no me preocupa. Al presidente lo elige la
mayoría del Parlamento. Aquí lo que hay es un problema de cultura
constitucional. Otra cosa es, que los partidos políticos están tan
cerrados ante la sociedad que al final se
consiguen convertir las elecciones parlamentarias en unas presidenciales. Los
elegidos responden frente al partido y el partido se ha convertido en una
especie de pantalla muy difícil de atravesar entre la ciudadanía y los partidos
políticos. Si se tuviese la conciencia de votar parlamentarios, a quien se le pediría responsabilidad por
elegir al presidente sería a ellos. Pero como ese muro es oscuro, al final sólo
se ve a la cabeza visible y el ciudadano no es consciente de que, al votar a
unos parlamentarios, también ha votado a ese presidente. Pero hay diferencias, el PSOE al menos tiene la
desvergüenza de simular unas primarias, en el PP ni eso. La sociedad va a
demandar un nuevo tipo de partidos políticos y el que no se ponga las pilas en
eso…
PL. Un
tema escabroso en Andalucía es el caso de los ERE, el ciudadano de a pie se
pierde entre imputaciones, autos y demás y cree que nunca se llegará al final
de proceso y aún no ha empezado.
FAO. No todo en esta vida es delito y eso los ciudadanos
lo tienen que tener claro. El mayor problema de los ERE es que cuando se
traslade la causa al Supremo, imagínate que dicen que el Gobierno andaluz no es
responsable penal de nada, qué cara se nos queda a los ciudadanos. Al final los
ciudadanos tendrán la sensación de que todo es un apaño entre el poder legislativo,
ejecutivo y judicial. Vivimos en una sociedad totalmente corrupta y yo creo que
eso va a ser totalmente pernicioso para todos, además, a Andalucía no le están
haciendo ningún favor. No hemos aprendido que hay una responsabilidad política
que es previa. Yo no entiendo nada, cuando Carmen Martínez Aguallo dice: ‘los
responsables son Viera y Fernández’, y que desde el PSOE no se pida su
dimisión… La sociedad necesita una depuración y la forma de hacerlo no es tan
sólo un proceso penal. La forma de
hacerlo es previa, es política, y creo que ni el PSOE, ni el PP -con la ‘trama
Gurtel’- han sabido hacerlo. Al final todo se pervierte. También se está
afectando a mucha gente que es inocente, que lo único que han hecho es cumplir
con su trabajo. Antes de finalizar la instrucción debería haber responsabilidad
política. Cuando Griñán se fue, debería haberlo dicho y no medio insinuado. Al
marcharse al Senado demolió su discurso. El problema de los ERE es que nadie se
ha preguntado para qué ha servido el dinero, ¿para acallar las voces de los que
protestaban? Todos hemos jugado al juego de la irresponsabilidad y ese ha sido
el modelo productivo.
PL. Haciendo
mención especial a Blas Infante y su Himno, ¿los andaluces queremos volver a
ser lo que fuimos?
FAO. Me conformaría con que
un día, los estudiantes a los que les doy clase, cuando les pregunte, qué pasó
el cuatro de diciembre de 1977 o el 28 de febrero de 1980 supiesen de qué
estamos hablando. Y con eso recuperaríamos algo de lo que fuimos, aunque sea
algo tonto. Tenemos un estado autonómico a nuestra disposición y la ocasión
para trabajar bien y ser modelo de algo. Debemos ser conscientes de que tenemos
un montón de instrumentos a nuestro alcance para hacer las cosas bien y no
podemos esperar a que nos caiga el maná del cielo, porque no va a llegar y en
las circunstancias actuales menos. Hay que ser mucho más serios y a lo mejor así algún día volvemos a ser lo
que fuimos. Creernos que la palabra Andalucía políticamente significa algo y
que tenemos instrumentos para desarrollarlo.
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