domingo, 12 de enero de 2014

DON ERRE QUE ERRE

JAIME FERNÁNDEZ-MIJARES ANDRADE



¿Quién no recuerda a don Paco Martínez Soria en aquella magna obra de José Luis Sáenz de Heredia Don Erre que Erre? Es difícil no haber visto dos imprescindibles del cine español como éste y La Escopeta Nacional. Retratos de la España de aquella época y fotografía de alguna que otra cámara autonómica.
Tras las fiestas, y la vuelta al deporte, tenía este servidor ganas de flagelarse y ponerse a analizar concienzudamente el discurso de la presidenta y catequista. Ella aparece en la Alhambra, en el Patio de los Leones, cual Lisa Simpson que aparece en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Empieza fuerte, hablando de un sector industrial que, a juicio de cualquier andaluz, es casi inexistente o ni está ni se le espera. Pasa al impulso de un nuevo modelo económico, porque para eso están los discursos: para falacias y argumentos románticos, sigamos.

La meta de este gobierno es el empleo y combatir la lacra del desempleo. Amo cuando los políticos utilizan esa gran mentira del “crear empleo”. La presidenta prosigue con un alegato contra la desigualdad, el empobrecimiento y la pérdida de esperanzas, llegando al destino del mantenimiento de la sanidad pública. España es un Estado Social, Democrático y de Derecho pero se ve, que aun siendo jurista, no tiene muy leída la Constitución, pues la cláusula del Estado Social obliga entre otras cosas al mantenimiento de sanidad pública y universal. La trianera continúa anunciando la batalla por la apuesta de la educación pública –qué beligerancia, Ben Franklin mío, parecía que iba a descolgar el teléfono y mantener una conversación con el enemigo, a lo Gila-.

Evidentemente, no puede faltar aquello de ``tenemos la generación de jóvenes mejor formada de la Historia´´. La presidenta se viste ahora de marine, concretamente de US NAVY SEAL, parece que de un momento a otro va a soltar la leyenda del dintel de la puerta de entrada al cuartel del SEAL, ``El único día fácil fue ayer´´, y nos dice que debemos ser inconformistas, tener ilusión. Alto en el camino, paréntesis: sólo digo que este discurso tuvo utilidad hace 31 años.

La presidenta desea que ojalá salgamos pronto de la crisis, mostrándose con un gesto con la mano en el corazón y sigue, para anunciar que Andalucía ha experimentado avances notables y es una Comunidad Autónoma alejada de la marginalidad. Supongo que se referirá como avance notable a ese 1.011.100 andaluces que son analfabetos .

Susana Díaz. Presidenta de la Junta de Andalucía.


La señora de San Telmo se viste de marinera para decir que ante otros problemas no han llegado a buen puerto, pero espero se nos conceda el beneficio de la duda para preguntar si alguna vez partieron de puerto alguno. Cómo no mencionar, en un discurso de fin de año para la Comunidad Autónoma que preside, a Blas Infante. Ella y su partido, los que descubrieron a Blas Infante, el Himno y la Bandera...Oh, esperen, que no, que eso no lo hicieron ellos, aunque ahora sean más andalucistas que Infante. Llegamos a la piedra filosofal del mandato de Díaz, la IMPLACABILIDAD en la lucha contra la corrupción. Querida presidenta, la próxima vez, ahórrese su implacabilidad y cuéntenos que a la pequeña abeja le llamaron maya, de corazón le prometo que, precisamente eso, me lo creeré más que su IMPLACABILIDAD. Volvemos al capítulo GRANDES REFORMAS, GRANDES ACUERDOS. Y parece que estamos de nuevo en el 82’, comprometiéndose a lo mismo que, en aquella época gloriosa de la música, se comprometían… y culmina con una oda a esta tierra en la que tantas personas queremos desarrollar nuestro proyecto de vida en libertad, respeto y solidaridad –no lloré con James Stewart en el El caballero sin Espada y estuve a punto de llorar al escucharla-.

Diego Valderas. Vicepresidente de la Junta de Andalucía.


En definitiva, tenemos una presidenta a la que le escriben el discurso desfasado treinta años, aunque recomendaría a sus asesores que se ahorren escribir más piezas para legislaturas venideras. Este vale para todos los fines de año que le quedan, que son muchos, porque prometerá siempre lo mismo y ni adelgazará la administración ni hará lo posible por ahorrarnos burocracia o solucionar los problemas en los que llevamos 30 años, porque era siempre mejor convertir en funcionarios a 25000 trabajadores contratados, sin oposición o algo parecido, que solucionar lo que de verdad importa. Pues de algo tiene que vivir Susana y sus predecesores, de prometer lo siempre incumplido, pues es mejor procurarse los votos de los estómagos a solucionar y equilibrar.

Entre tanto tenemos a los Hombres G, el simpático Valderas e Izquierda Unida. Don Erre que Erre con el Bautizo Civil: una ceremonia de imposición de nombre y bienvenida a la democracia . Más romanticismo, y parece que llegaremos a un punto en el que haya que bautizarse civilmente, si no, ni se será demócrata ni ná. Y el vizconde Naranja de Bollullos está como la esfinge que espera, asintiendo a todo y diciendo que sí a todo y sonriendo; apunto de sentenciar como Romanones, ``ustedes hagan la Ley, que yo hago el reglamento´´. Y no será por ganas, pues el vicepresidente para todo (Alvaro Guijo dixit) afirma que el año 2014 será fructífero en leyes. Agárrense al asiento, que puede que nos riamos, como con la idea del bautismo civil. Creo que escuchó aquello de Marco Tulio Cicero: ser esclavos de las leyes para ser libres, y lo tomará muy al pie de la letra.


Y la oposición, ¿dónde está mi oposición? –que cantaría mi querido Silvio-. Pues ellos siguen ahí, ¿que no les ven? Uno de los libros que mas me marcó fue Vida de Pi, pues la oposición sigue en su balsa en mitad de su océano pero, a diferencia de Pi Pattel, sin gana alguna de protagonizar una historia de superación y cambiar las cosas, jugando a un juego peligroso, pues cualquiera en esta comunidad puede pensar que están bastante cómodos donde están después de treinta años. Y aquí seguimos, la presidencia promete lo que hace treinta años, el vicepresidente que sonríe y pretende que le den la razón y la oposición… bueno, no seamos tan malos, que a Don Erre que Erre alguien tiene que darle la razón de su existencia. 

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