SERGIO HARILLO
En las últimas semanas se han
producido dos noticias de gran importancia para el tejido cultural andaluz. Una
de ellas ha copado las secciones culturales de todos los medios nacionales, la
otra ha pasado un poco más desapercibida a pesar de su relevancia.
Que Málaga sea subsede del
Centro Georges Pompidou es una noticia de gran calado que no sólo afecta a la
capital de la Costa del Sol, sino que debe ser un orgullo para toda la región.
Contar con la experiencia y el buen hacer de un centro de referencia mundial es
un aliciente para seguir apoyando la Cultura como motor de desarrollo y fuente
de ingresos. El acuerdo entre el Ayuntamiento malagueño y el centro parisino es
aún embrionario, quedan muchos flecos por cerrar y varios años para que el
proyecto sea una realidad, pero la noticia supone una mayor
internacionalización de las marcas ‘Málaga’ y ‘Andalucía’. Al igual que en los
grandes eventos internacionales, un proyecto así tiene sus luces y sus sombras,
puede suponer un foco que irradie prosperidad para toda la ciudad pero también
hay que tener mucho cuidado con los efectos secundarios y colaterales. El
acuerdo suscrito por el Ayuntamiento de Málaga para dotar de usos al espacio
conocido como ‘El Cubo’ incluye una fuerte inversión municipal que supera los
diez millones de euros en apenas cinco años, un desembolso muy importante para
una ciudad y más en los tiempos que estamos viviendo. A todos nos gustaría
contar con un centro de referencia mundial en nuestra región, pero hay que
mirar los pros y los contras para ver si el esfuerzo y la inversión merecen la
pena.
Teatro andaluz romano utilizado como sala de conciertos |
El otro gran proyecto
anunciado estos días se asienta en el rico patrimonio conservado en Andalucía.
Se trata de la estimación económica de los teatros romanos andaluces, que en 2014
contarán con unos 700.000 euros a cargo del presupuesto de la Consejería de
Cultura para ponerlos en valor mediante la celebración de espectáculos
teatrales desde la primavera hasta el otoño. Se potencia de este modo una experiencia
que este año ha logrado congregar a más de 8.000 espectadores en los teatros de
Itálica, Baelo Claudia y Málaga, disfrutando de las 23 funciones programadas
por siete compañías andaluzas. El presupuesto general de esta experiencia
piloto fue de 230.000 euros, habiéndose recaudado en taquilla unos 91.000
euros. Se trata por tanto de una puesta en valor del patrimonio arqueológico
andaluz bastante rentable, que permite al ciudadano disfrutar de una oferta
cultural de calidad y que, al mismo tiempo, ofrece a las compañías un nuevo
escaparate en el que representar sus obras. La intención de la Consejería de
Cultura para el año que viene es ampliar el período de representaciones y sumar
el teatro romano de Cádiz, aún en obras, pero que se espera pueda estar listo
para la próxima primavera. Del éxito de esta iniciativa podrían surgir otros
interesante proyectos como poner en valor el teatro romano de Ronda, el quinto
gran espacio escénico clásico que se conserva en Andalucía pero que no presenta
las condiciones adecuadas a día de hoy para que se puedan desarrollar en él
representaciones teatrales.
Invertir en patrimonio y
cultura para generar empleo y riqueza. Dos grandes proyectos con muchas
similitudes pero con grandes diferencias. Mientras que ambos ponen en valor
espacios públicos que carecen actualmente de un uso continuado, el proyecto del
Pompidou de Málaga se apoya demasiado en un factor externo que aterriza en
nuestra región sin que sepamos muy bien cómo va a evolucionar y cuál va a ser
la respuesta del público. El segundo cuenta ya con una experiencia piloto, pone
en valor elementos patrimoniales de gran calidad histórico artística y supone
un elemento dinamizador para un sector, el teatral, al que le cuesta muchas
veces conseguir la rentabilidad deseada. Dos formas de entender la inversión en
Cultura pero con un mismo objetivo, cambiar del modelo económico creando un
tejido cultural andaluz más fuerte y competitivo.
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