lunes, 27 de enero de 2014

CALLA UN DÍA, FALACIA AL SIGUIENTE

JAIME FERNÁNDEZ-MIJARES 



Hoy día puede que se asista a la penalización de lo obvio, al castigo al ahorro; viendo cómo aquello de bueno es en verdad adquirir, pero es mucho mejor conservar se vitupera hasta la saciedad por quienes tienen a su favor el poder más fuerte que existe, y hacen más robusta aún un arma que se diluye como el hielo al que agua se derrama: la falacia. Ese maltrato a la virtud del equilibrio y el ahorro viene de todos lados. Pero, para quien tenga una mínima idea de economía, resultará ofensivo e incluso sorprendente que la presidenta de la Junta exprese su deseo de que el crédito fluya. Tal cual, sí, es decir, que nos endeudemos más. Los poderes, parece, que tienen claro que los ciudadanos obran igual que ellos: gastando como si el dinero fuese infinito.

Cuando nos presentan un caramelo ante nuestras mortales narices y reales ganas, nuestra coherencia corre el riesgo de irse a la idílica porra –véase Rosa Aguilar, quien una noche se acostó siendo de Izquierda Unida, y a la mañana siguiente se levantó siendo ministra y socialista… dejando a un lado su discurso bramante contra bancos y entidades de crédito-. A esto hemos asistido esta semana que queda atrás. La presidenta firma un “convenio” con el Banco Santander por valor de 500 millones de Euros, es decir, un crédito, a un gobierno de coalición que ha criticado “la repugnante usura de las entidades financieras”. Un “convenio” -amo el subterfugio del lenguaje de los políticos españoles- que la Junta tendrá que devolver en un año a un tipo de interés entorno al 3 o 4%.

En la ceremoniosa y solemne firma de este bendito convenio la presidenta expresó su deseo de que fluya el crédito y su compromiso por la creación de empleo. Llevamos desde Brumario con titulares del corte: “La presidenta dice, expresa, inaugura, expuso, mencionó, nombró –esto se da muy bien en la Junta y demás instituciones públicas- , formuló, anunció, enunció, enumeró, observó´´, pero pocos titulares, más bien ninguno, que enuncien algo positivo o de importancia real para los andaluces. La presidenta se apunta al carro del subterfugio del lenguaje. Si con un Ministro supimos que los salarios moderaban su crecimiento, no decaían, con la presidenta trianera nos queda claro que ese argumento falaz de la creación de empleo por parte de los políticos es una tónica habitual y peligrosa.

Esperemos que la abadesa de San Telmo tenga claro que los políticos no crean empleo alguno. En Andalucía, concretamente, llevan unos cuantos años haciendo otra cosa que parece que les contenta -de lo contrario no entenderíamos tanta sonrisita cómplice en las bancadas del Hospital de las Cinco Llagas- que no es otra cosa que administrar la miseria y prometer lo prometido para volver a prometer, toda vez que la inoperancia se atestigua pero el pueblo, que inexplicablemente, perdona.

El Botín de Susana


Dicho esto, la presidenta, tiene ese dinero destinado a pagar nóminas y deudas. Pero, estén atentos; tenemos a Maíllo, quien dice que ese dinero debe destinarse a gasto social. ¿Más gasto social, señor Maíllo? Es adorable como Izquierda Unida sale a ver el sol para pedir “gasto social”, esa quimera que se utiliza como escudo para afianzar una protección a los desamparados que al final solo hace desamparar aún más. Es cómico –por así decirlo- como este gobierno es capaz de decir que Andalucía es “una comunidad que en estos momentos representa, una vez más, un factor de estabilidad política y económica para el conjunto de España”. ¿Cómo se explica entonces que Andalucía tenga que acudir al Fondo de Liquidez Autonómica y a un préstamo de este tipo de los bancos que tanto vituperan? Ser factor de estabilidad económica sería tener un tipo medio IRPF por debajo del 37% actual, o un tipo máximo menor del 56%. Maíllo no va a contar en sus comparecencias que Andalucía es la comunidad que más impuestos paga, pues en el fondo es eso lo que quiere, y por tanto, no va a bramar por que a ustedes les bajen impuestos, bramará porque a ustedes les den créditos, se endeuden, sus empresas les paguen salarios más altos y entonces, solo entonces, les subirá impuestos, que esto es Andalucía, la Suiza de España.

Mientras tanto, Diego “Romanones” Valderas permanece sentado, con esa perífrasis y verbo florido e ininteligible en ocasiones, pensando “Fórmulas sencillas para resolver problemas complejos, no las conozco, así que, ¡venga ese crédito bueno de 500 millones y que vivan los bancos!” . Luego está la ``oposición´´, esperando un plácet de Moncloa, una bula que se hace derogar para dilucidar a quien no tendrá que hacer frente a los Abadeses de San Telmo, y recordando a Diego y a Susana lo malos que fueron un día por criticar a los bancos y pecar de incoherencia, días después.


Al día siguiente tenemos a media legión de políticos de IU-PSOE admirando a Keynes, ojo, admirando al Keynes que proponía sólo lo que beneficia a los gobiernos: gastar y endeudarse, olvidando lo que no es tan divertido, ahorrar y bajar impuestos. Pero aquí tenemos un gobierno que hace lo contrario que decía Mr. John Maynard, que el gobierno sólo invierta cuando el sector privado no lo haga, que en procesos de recesión baje impuestos para estimular la economía –miren, haciendo eso, quizás la presidenta cree empleo, aunque crear, crear… ella no cree-. Pero les confesaré que pasará: cuanta más financiación tenga este gobierno, más gastará, menos ahorrará, y si se ralentiza la economía andaluza. La culpa, claro está, será de Madrid y gastarán aún mas y subirán aún más si pueden, los impuestos y tramos que tienen cedidos, así pues, nos hemos dado unos gobernantes que sólo se acuerdan de Keynes para sacar la cartera, y penalizando su ahorro, pues el ahorro no tiene validez moral alguna, solo es una opción, tal y como me confesaba el otro día un buen amigo “seguidor” de Keynes. Así, con todo, les dejo regalos para que sepan cuánto trabajan para esta Comunidad Autónoma y cuánto trabajan para el Estado, dirigido por un gobierno “neoliberal”, que hace que el 48´3% del PIB corresponda al gasto estatal –menudo liberalismo-. Felicito a Valderas por su desengaño con los bancos, de ahí al PSOE y luego… al Ministerio.

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